«¡Qué gran alegría! He encontrado un trabajo, voy a ser útil y el sueldo me va a permitir vivir con cierta dignidad». Esta frase se decía hace ya unos cuantos años. Trabajar y poder vivir eran sinónimos en parte, pero hoy en día el trabajo es sinónimo de pobreza porque los salarios son tan pequeños que muchos de ellos no te permiten llegar ni siquiera a mediados de mes, como se decía en el 15M: «Me sobra demasiado mes a final del sueldo». Es una realidad, que ya no es coyuntural, pasajera, sino estructural, los capitalistas han logrado lo que pretendían, trabajos sin derechos y en condiciones durísimas. Me decía el otro día un amigo una frase triste: «Estoy contento porque he encontrado un trabajo de mierda, pero al fin y al cabo, un trabajo». Hay que seguir luchando por recuperar derechos.