Igual debe ser una moda importada por la serie Better Call Saul, o probablemetne es un subproducto de la crisis bancaria, pero de un tiempo a esta parte estamos asistiendo a una auténtica orgía de anuncios publicitarios publicados por abogados. Algo muy habitual en EE UU, por otra parte, donde lo que primero choca a un viajero novato es ver los cortes locales de las diferentes televisiones plagados de anuncios de picapleitos, normalmente especializados en reclamar indemnizaciones a las compañías de seguros; muchos de ellos en español, por cierto.

Pero no solo hemos importado la costumbre de anunciarse sino también la propia estética de los anuncios. Al menos en la publicidad exterior en vallas, con esas fotos del abogado en cuestión mirando directamente a cámara. No he visto a ninguno anunciarse de momento en televisiones locales ni nacionales. Afortunadamente, porque si también copiaran el estilo americano de anuncio televisivo, y con la poca gracia que solemos tener los españoles hablando a una cámara, sería como para encerrarse en el cuarto de baño, de pura vergüenza ajena.

De hecho, hay un anuncio de un despacho de asesores locales donde el personaje en cuestión no se ha querido enfrentar a una foto de frente, y aparece discretamente de perfil, casi en sombras y hablando por el móvil mientras mantiene la mirada alzada. Básicamente el mensaje podría ser: «Si me llamas a mi móvil, probablemente estará muy ocupado hablando con un cliente más importante que tú, porque soy una persona muy ocupada. Así que llama al teléfono fijo que aparece en este anuncio y concierta una cita a través de mi secretaria. Y ya veremos».

También me he visto sorprendido, y subsiguientemente atenazado por la preocupación, al ver que se me colaban en el móvil, y de forma persistente, varios anuncios de un abogado penalista que adorna su mirada a cámara (este sí que mira directamente) con una picarona media sonrisa, que conforma un gesto como de haberse pasado de rosca en la comida con el típico ´orujito de hierbas´ que todo restaurante que se precie ofrece a sus clientes. Y digo que me preocupa porque me consta que la publicidad online permite un alto grado de segmentación para que vean los anuncios solo los perfliles que interesan al anunciante. ¿Sabrá ese señor abogado de algún lío penal en el que yo esté metido o en el que me vaya a ver implicado de forma inminente?. Si es así, que desista y se gaste en otro su dinero. Tengo excelentes amigos abogados y, además, me agarro al mío particular, Victor Ruiz, como aquella señora del anuncio se agarraba a su bote de Ariel, que no cambiaría ni de coña por el