Cada día nos despertamos con un nuevo caso de corrupción y al final me voy a tener que creer el chiste de que el PP se ha quedado a dos casos de corrupción de la mayoría absoluta. Sencillamente es insoportable, desde un punto de vista democrático y ético, aunque para mucha gente, para muchos ciudadanos, se ha convertido en una cuestión indiferente y para otros, comprensible. Lo más absurdo es lo que está ocurriendo en la DGT, donde su directora, María Seguí, se está autoinvestigando por contratos que ha concedido desde su cargo a su marido. Es increíble. ¡Qué desfachatez y cinismo! Pero no pasa nada, y Jorge Fernández Díaz se muestra ajeno y solo afirma que se está investigando. Una pregunta: si una persona asesina a otra a sangre fría y se presenta en una listas electorales y sale elegido ¿el asesinato queda diluido?