Tal vez, incluso son ciudadanos de otra Galaxia. Desde luego están a años luz del común de los hombres y mujeres que habitamos el planeta Tierra. Me refiero a los futbolistas y a esos contratos supermillonarios que los clubes están dispuestos a pagar para que militen en sus equipos, sin ningún tipo de rubor. El caso más reciente, el niño Neymar, que a sus 24 años, acaba de renovar su contrato con el FC Barcelona. Por jugar hasta el año 2021 el delantero brasileño percibirá unos 15 millones de euros. Y pese a esta cifra astronómica, no es ni siquiera el futbolista mejor pagado del club: Leo Messi le supera. Estas cantidades, en mi opinión vergonzantes cuando miles de familias se las ven y se las desean para llegar a fin de mes o tomar una comida decente al día, no han impedido al tal Messi ni al tal Neymar escatimar en argucias para eludir sus deberes con Hacienda, por lo que han sido condenados. Pero eso, qué más da, aquí se perdona todo.

Una vergüenza de deporte, una vergüenza de equipo, una vergüenza de país.