Se abre el telón y se ve una piscina llena de bañistas. En el plano corto una niña, con rostro triste, yace como alma en pena al filo de la balsa. Junto a ella, su madre. La pequeña le pregunta: mamá ¿Me puedo bañar ya? La madre suspira y, sin quitar la mirada de la pantalla de su smartphone, atusa el pelo de la menor y responde: ¡No! Por el tono de la contestación no era la primera vez que negaba el baño a la niña. «¿Por la digestión, mamá?», reflexiona la niña. «¡No!», contesta la madre. «¿Porque me he portado regular?». «¡No!». La niña, exasperada, se acoge al chantaje: «¿Es porque nací fea?». «¡No! ¡Eres la niña más bonita!», contesta la madre y le explica: «Es porque estamos en Madrid, hoy es martes y según la norma Carmona, es día de no bikini y tú no te lo quitas porque tu madre lo dice y punto. ¡No hay baño!»