Varios millones de españoles, de la izquierda, derecha y centro, votaron al PP o se abstuvieron el 26J. La campaña del miedo lanzada por Rajoy surtió efecto en todos los electores y en los partidos políticos. Unos por temor a un mayor radicalismo de Podemos, o a un cambio revolucionario con las confluencias (Unidos Podemos); otros, decepcionados, a un cambalache más descafeinado y demasiado moderado.

El caso es que el ciudadano medio o se ha abstenido o ha vuelto a votar al PP como valor refugio frente al miedo. El ´pueblo´, en palabras de Rajoy, ha preferido la estabilidad frente al miedo que él mismo ha provocado. O sea, eso de que más vale lo malo conocido que lo ´bueno´ por conocer. El problema es que, aunque el PP por los resultados electorales, tiene más autoridad moral que en el 20D para formar Gobierno, no tiene la mayoría absoluta, y los pactos de la gran coalición de derecha y centro (PP, C´s y PSOE) no están ni estarán claros.

Unidos Podemos no ha crecido porque parece que tenían razón las voces que decían que una parte de los votantes de Podemos no votaría a una coalición con IU y que muchos votantes de IU jamás votarían a una coalición con Podemos. Las cosas son así. Un millón doscientos mil votos se han quedado por el sendero pedregoso de las urnas y no por el maquillado y fácil de las encuestas. Y que es probable que no puedan recuperarse fácilmente, aunque todo va a depender de lo que se haga en la oposición y cómo se reestructure la coalición Unidos Podemos. Siempre con una sana pero autocrítica objetiva, que en algunos sectores podemitas y de IU se presume muy dura.

El miedo a la abstención de la Izquierda „que muchos prevenimos hace un mes„ se ha producido. Y además, esto ha beneficiado, por las normas electorales, al partido de la gaviota azul.

La incompetencia del PSOE en la crisis económica, su viraje al centro-derecha en los últimos años, y en la negociación para la investidura después del 20D, ha propiciado el resurgimiento de Podemos tras el 15M. Ahora el PSOE «es un partido suicida y necesita urgentemente una terapia emocional y sociopolítica». Pero el PSOE, para regenerarse, debe girar 180 grados en sus planteamientos sociales y económicos. Varios líderes socialistas „más allá de los viejos sociatas y exdirigentes„ afirman que con 22,6% de votos tardarán mucho tiempo en gobernar el país. Y que tienen que reconstruir el proyecto socialista. No tanto es un problema de líder, dicen, sino de liderazgo social e ideológico. Además confirman: «Hemos vivido estos últimos años fuera de la realidad social del país, pues nuestras propuestas no llegaba a todos y nos hemos equivocado». Hablan también de su incapacidad de sintonizar con los verdaderos problemas de los españoles. Y aseguran que se han salvado del sorpasso de Unidos Podemos por la estructura territorial, capilar, del partido en algunas autonomías, y en las circunscripciones rurales.

Mariano Rajoy, fiel a sus ´bobaliconadas´, afirmó el mismo día de las elecciones que «España sería lo que los españoles quieran que sea». Sí, sí; pero la interpretación de los votos y pactos o acuerdos ya es harina de otro costal. Y España será eso, con permiso de Ibex 35, la Troika, la UE y algunos barones y viejos sociatas.

Aunque es pronto para hacer valoraciones serias y objetivas, diremos que el batacazo de C´s, PSOE y Unidos Podemos, ha sido morrocotudo. Para los socialistas el peor resultado de su historia, aunque lancen cohetes de alegría por haber superado el sorpasso podemita. Ciudadanos ha facilitado el aumento de papeletas para el PP. Más bien votos a Rajoy que al PP, ganando el canguelo y el conservadurismo. La abstención, también, ha castigado a las fuerzas del cambio, entre otras razones como castigo por hartazgo y por haber sido incapaces de buscar acuerdos que impidiesen seguir gobernando a Mariano Rajoy.

Pero, curiosamente,también en el Levante y en la Región de Murcia, donde la corrupción y las sospechas manifiestas de prevaricación institucional pepera han estado muy presentes estos últimos años, precisamente, se repiten las mismas causas que a nivel estatal han hecho que suba la abstención de la izquierda y el voto al PP. Tanto el PSOE como C´s y Unidos Podemos han perdido considerablemente electores en nuestra autonomía.

Podíamos añadir que aquí, en Murcia, el efecto multiplicador de la coalición entre Garzón e Iglesias no tuvo efecto alguno. Unidos Podemos es el que más ha sufrido los efectos negativos de la abstención en las urnas con una pérdida de 30.473 votos. A pesar del ingente trabajo de militantes y apoderados, no se han tratado adecuadamente los movimientos sociales, las asociaciones de vecinos, sindicatos, plataformas diversas, etc., ni en la capital ni en la provincia. Y a veces el exceso de entusiasmo y la fe acérrima en las encuestas ´cocinadas´ llevaba a hablar ´porras´ electorales para Unidos Podemos, utópicas y demasiado arrogantes.

Ahora le queda a Podemos, o a Unidos Podemos, el análisis autocrítico y objetivo de las elecciones y la reconducción de la alianza. Construir pueblo es, precisamente, crear esa mayoría hegemónica que viene de sitios diferentes, que piensa diferente, que ha votado diferente pero que comparte objetivos comunes de sentido común.