El parecer, el Gobierno Regional no descarta la idea de unir Secuoya y GTM. Es decir, el Gobierno, después de haberse columpiado en la adjudicación del funcionamiento de la Televisión Autonómica en mi condición de consejera de la Radio Televisión Región de Murcia (RTRM) ya lo hice constar así en alguna que otra reunión pretende que la actual concesionaria de la televisión autonómica, Secuoya, comparta sociedad con el Grupo de Televisión Murciana (GTM), la anterior titular del canal, con la perspectiva de la renovación de la concesión, que se habrá de producir en los últimos meses de este mismo año.

Les explico: GTM se presentaba, junto a otros aspirantes, a la concesión de explotación de la Televisión Autonómica, pero ante la sorpresa de muchos, la mía entre otros tantos, no fue la beneficiada por dicha concesión. Sí, la que tenía y continúa teniendo las mejores instalaciones he visto las de GTM y conozco las dispersas de Secuoya y no hay color, la que contaba con magníficos profesionales, y continúa teniéndolos, fue preterida para otorgar la concesión de explotación a otros. Una aparente extravagancia que nos hizo, y nos hace preguntarnos, cuales fueron los motivos para que los 'sabios' que tuvieron que decidir se decantaran por concederle este honor a una empresa de fuera y no a una que nació aquí y cuyas ilusiones son de aquí. No, se le concedió a Secuoya con ninguna conexión con esta realidad, que se ve obligada a contar con distintos estudios en diferentes instalaciones, con lo que esto significa de dispersión de los esfuerzos y de disgregación de las capacidades. Sí, se decidió otorgar la concesión a Secuoya, que tenía que hacer milagros, y continúa haciéndalos, para realizar su programación desde diferentes lugares, en vez de elegir a GTM, una empresa murciana, con unas instalaciones modélicas, unos buenos profesionales y una gestión seria y responsable.

Y ahora, al parecer, el Gobierno aspira a una solución salomónica que le permitiría prorrogar la concesión, pero con la incorporación de nuevos accionistas, los procedentes de GTM, que mantienen emisiones a través de su canal privado de televisión local. Y aquí surge la duda: ¿el Gobierno se limitará a sugerir esta confluencia entre GTM y Secuoya o intentará actuar como mediador? Porque la negociación no se presenta fácil, antes al contrario, diríamos que muy difícil porque como primera medida para poder llegar a un acuerdo GTM tendría que retirar las querellas que, lógicamente, presentó en su momento y continúa manteniendo, contra Secuoya: tanto por el concurso de concesión como por los presuntos incumplimientos del contrato público de esta empresa, que intuimos que GTM podría ganar.

A todo esto, se tendría que dilucidar qué empresa tendría la mayoría del accionariado, que esa es otra, aunque yo no tengo la más mínima duda sobre quienes deberían de marcar el compás, por un mínimo de sentido común.

Pero, vale, rectificar es de sabios y aunque el grupo que decidió la concesión no mostró mucha sabiduría desconocemos, y no nos imaginamos, los intereses que alguno podría tener nunca es tarde para hacerlo, nunca es tarde para comprender que una empresa de aquí, con gente de aquí, con unas instalaciones insuperables no puede quedarse al margen de la explotación de una televisión autonómica que ellos pusieron en marcha para después dejarlos fuera incomprensiblemente.