«Se puede engañar a algunos todo el tiempo y a todos algún tiempo pero no se puede engañar a todos todo el tiempo». No sé si Abraham Lincoln mantendría hoy la frase, teniendo en cuenta la trayectoria del secretario general de Podemos y el respaldo popular que conserva. Yo, como kamikaze, sigo conduciendo por dirección contraria y pensando que es un gran impostor, lleno de cinismo y carente de principios sólidos, capaz de contradecirse hasta el límite. Ensucia lo que toca o nombra y ahora lo hace con la palabra ´socialdemocracia´, de tan hermoso significado y recorrido histórico. Si su burbuja de credibilidad y confianza se pincha, presumiré de haber sido uno de los primeros en diagnosticarlo; si no es así, reconoceré mi error perceptivo.