El Mar Menor no está para tirar cohetes, pero lo procedente para remediar su mal color tiene que ver con las medidas de urgencia que la consejería acaba de iniciar. La laguna en buen estado es lo que resulta obligado para todos, los que somos de aquí y los que vienen de fuera. Eso sí, lo que resulta escandaloso y digno de ser despreciado es el irresponsable uso partidista que, en periodo electoral, hace el PSOE de la desgracia lacustre. No veo ni un solo escrúpulo en la manipulación sectaria, exministra Cristina Narbona incluida, que como altavoz mierdero ofrece este partido, cuyos hábitos esgrimidos durante más de veinte años en la Región lo han llevado a la vergüenza colectiva que supone rendir ciento y pico años de honradez ante ese conglomerado radical y anacrónico que es Podemos.