A su modo, también el Mar Menor se ha incorporado al cambio político del país. Ustedes nos dirán que no es precisamente un sonrisa lo que hoy flota en las aguas del Mar Menor. Y es verdad. Detrás de esa proliferación de fitoplancton, que ha vuelto las aguas del Mar Menor de color verde, está la contaminación de los nitratos sobrantes en la agricultura intensiva del Campo de Cartagena, especialmente avivada por el calentamiento de las aguas, resultado a su vez del cambio climático. (una pregunta al margen: ¿cuándo en esa región se tomará en serio el cambio climático?)

Pero una coyuntura política muy concreta ha querido en esta ocasión, y a diferencia de otras tantas en el pasado, que la situación el Mar Menor no haya podido ser silenciada o invisibilizada por los que desde hace casi tres décadas han venido poniendo todo su empeño en imponer una ceguera interesada sobre lo que ocurriera en esta frágil laguna. Y así se ha producido un milagro social y político: el Mar Menor ha entrado en la agenda pública. Aupado, eso sí, por las múltiples voces a lo largo del tiempo de ambientalistas, científicos, asociaciones de vecinos, el Pacto Social por el Mar Mar Menor, escuelas de vela e inclusive por las propias asociaciones agrarias.

Y con la entrada de este grito de emergencia ´verde´ (en el doble sentido que este color adopta cuando hablamos del Mar Menor), ha quedado descubierto todo un sistema de irresponsabilidad institucionalmente construido por los sucesivos gobiernos regionales del Partido Popular. Si el desgobierno fue la forma de gobernar una burbuja inmobiliaria que ha dejado una geografía de casas vacías e infraestructuras ruinosas por todo el territorio regional; ahora en la marea verde del Mar Menor se hace visible el desgobierno con el que se ha no-gobernado la crisis ecológica regional. Pero esto ya no se puede meter debajo de la alfombra, como se ha hecho en tantas ocasiones?

El fiscal que está promoviendo la querella por delito ecológico en el Mar Menor lo va a tener muy fácil a la hora de localizar a los responsables de esta situación. Están en las hemerotecas. Estos días corre por las redes sociales una noticia de prensa del 2010, en la que el entonces consejero de Agricultura, señor Cerdá, afirmaba: «El Mar Menor está mejor que nunca y no vamos a reducir regadíos». Tenían mayoría absoluta y se lo podían permitir todo, como negar el problema de la contaminación por nitratos y cuestionar las mediciones científicas de la propia Confederación Hidrográfica: «Tienen poco rigor científico», sentenciaba el hoy exconsejero.

Y así, con esa mezcla de arrogancia y dejación, se fueron enterrando leyes de gestión y metiendo en los cajones cualquier iniciativa de planificación y regulación ambiental sobre el Mar Menor. Esto es un caso nítido de lo que queremos decir cuando muchas veces decimos que el problema de la corrupción política es que se trata de una forma de gobierno. La corrupción es la principal causande lo que hoy vemos en el Mar Menor. Y ello tiene consecuencias económicas, pues desciende el número de veraneantes, pierden los hoteles y restaurantes y los trabajadores se quedan sin trabajo. ¡La corrupción política que mata al Mar Menor tiene efectos económicos! Lo decimos así de claro para ver si tomaran nota los líderes empresariales regionales que tanto esfuerzo pusieron en el pasado en bloquear la Ley del Mar Menor o la planificación territorial del Mar Menor.

Son días de campaña electoral. Hay una sonrisa en el Mar Menor. En realidad en todos nosotros y nosotras. También el Mar Menor entra en la agenda del cambio político. Con un Gobierno valiente nunca más cegueras interesadas sobre el Mar Menor; nunca más bloquear leyes y planes de gestión para afrontar con tiempo los problemas ambientales; nunca más desmantelar una consejería de Medio Ambiente; nunca más tanta dejación institucional.

Estos días de campaña electoral vemos a la consejera de Agricultura, Agua y Medio Ambiente desarrollar una inusitada actividad para anunciar de forma oportunista toda clase de medidas benefactoras para el Mar Menor... ¡todas ellas aprobadas por un Gobierno en funciones, al que le quedan apenas semanas! Lo que no han hecho en veinte años, pretenden hacerlo en quince días y con un Gobierno en los mínimos.

Se aproxima el 26J, es hora de que tanta incompetencia y tanta corrupción pasen a la historia.