Permítanme que insista... otra vez, pero hoy por el lado socialista, por si encuentro alguno que tenga los quince puntos del carnet político, aunque ya me temo parecido resultado que en mi insistencia al PP.

Si después del final de la dictadura franquista, la llegada del socialismo fue algo vital para nuestra democracia, hoy la necesidad de un PSOE fuerte y contundente lo es mucho más que entonces por la fortaleza de una nueva izquierda radical que entonces no existía.

Lo que está ocurriendo en nuestro país está demandando urgentemente un partido socialista moderno que dé respuestas a las realidades del siglo XXI, dejándose atrás las viejas retóricas y convencionalismos, abandonando las trincheras populistas a las que algunos aún siguen aferrados desde que perdieron la guerra del 36.

Felipe González fue un presidente que supo conjugar las realidades del país con sus ideas sobre un socialismo moderno, evolucionando al unísono con las demandas políticas y sociales. España cambiaba y él también, lo que ha hecho que, después de tantos años, siga siendo la luz y guía del socialismo? aunque ya esté muy lánguida.

Este líder socialista tuvo la visión de no encorsetar el socialismo, adaptándolo a la evolución de los tiempos con sus realidades, tanto dentro del país, como en el marco europeo y mundial, lo que benefició a todos los españoles? y a algunos golferas de su equipo, pero eso ya es agua pasada, ¿o no?

Pero desde que se marchó Felipe González el centro izquierda comenzó una caída en picado a la que aún no se le ha visto llegar al suelo. Ni ZP, ni Rubalcaba, ni ningún sucesor del 'maestro' han conseguido parar la sangría de votantes, ¿y saben por qué? pues porque todos han intentado e intentan vendernos hoy un socialismo que caducó hace mucho tiempo. Felipe supo salir de las viejas trincheras con un socialismo moderno, pero sus sucesores, faltos de capacidad, vuelven una y otra vez a ellas. Parecía que con Pedro Sánchez iba a cambiar algo, pero ná, más de lo mismo, la vieja cantinela de un discurso cansino, repetitivo, agresivo, vacío de contenido y no creíble.

Pedro ataca todo lo que se ha construido hasta el día de hoy con la idea de cambiarlo tan sólo porque lo hicieron otros, y eso hace que muchos de sus votantes le den de lado, porque como dice mi amiga Lola, una funcionaria ejemplar, «tampoco hay que cambiarlo todo y darle la vuelta a las cosas que tanto trabajo nos ha costado conseguir. Lo que hace falta es gente honrada y eficaz que gobierne este maravilloso país? ¿o es que todo está tan mal?». Preciosas palabras, mi querida Lola, válidas para la izquierda y la derecha. ¡Qué gran política se está perdiendo la política!.

El socialismo precisa renovarse urgentemente. Lo necesita el PSOE y España entera, pero con otros líderes más afines al concepto del socialismo que predica mi compañero de La Opinión Toni García. Nadie lo dice, pero la culpa de que exista Podemos y sea una fuerza política con posibilidades de gobernar no es tanto del PP como de los propios socialistas, que no han sabido estar a la altura que se precisaba de ellos. Prueba de que el PSOE está fatal es que el candidato Pedro Sánchez casi lo entierra en las últimas elecciones por la porquería de votos que sacó, y como premio lo vuelven a presentar. No hace falta que Podemos haga nada; ya se hacen ellos solos el harakiri.

¿Saben ustedes lo que le pasa a Pedro Sánchez? Pues que se pone a echar sus viejas y cansinas filípicas delante de sus seguidores, esos que montan en autobuses y se los llevan de un lado para otro para dar la sensación de lleno hasta la bandera, le da el subidón de azúcar, entra en un éxtasis y se cree que los allí palmeros son el país entero y él el epicentro del mundo y, claro, luego viene lo que viene, ¡una mierda de votos!

A pesar de todo, permítanme que insista? se precisan líderes socialistas con los quince puntos del carnet político, secretarios generales con miras de Estado, sin intereses personales ni familiares, capaces de dar un paso atrás para que pase otro mejor, gente que reconozca sus propias carencias y no se sienta el más listo-a de la formación, que practique un socialismo vivo pero de hoy, que se deje de viejos tópicos como el de las dos españas la rica y la pobre, que no sea un espanta-votantes, que tenga las ideas claras de lo que hay que hacer para el pueblo y no para su ego, que sepa que a veces lo mejor para la gente no es lo que ellos piensan y defienden, que sea capaces de reconocer lo bien hecho por otros y de prometer sólo aquello que es posible y necesario para la gente en general y que se deje la demagogia barata para alcanzar la satisfacción posicional de sus traseros, que no todo vale para llegar al sillón presidencial.

Bien, y lo de retar a un debate a dos al presidente, ya es de nota. Menos mal que el PP no ha aceptado, vamos, lo único que le falta al PSOE para terminar de hundirse. ¿Cómo? ¿que a quién me refiero? ¿a Pedro o a Tovar? Y qué más da; lo dicho vale para los dos, son tal para cual.

¡Chsss! camarero, ¡un trono presidencial! por favor, cueste lo que cueste? a todos nosotros, menos a ellos, claro está. ¡Por Pablo Iglesias! chsss, ¡el bueno! ¿es que algunos líderes socialistas no se podrían ir ya a las nuevas trincheras de este siglo y abandonar las viejas? ¿Qué? ¿De qué trincheras nuevas hablo? ¡Pues cuáles van a ser! esas que son como cabinas individuales de color azul, malolientes, que ponen por las calles en fiestas, en las playas, en las ferias y en los actos a la intemperie? y en las que los usuarios nunca atinan con el chorro en el agujero. Por cierto, y en las que nunca hay papel pal ojal.

Lo dicho, permítanme que insista otra vez: se necesitan políticos socialistas listos y generosos, con mentalidad de Estado, pero con los quince puntos del carnet? ¿Qué?? Ufff, qué va, ¡a estos hace tiempo que no les queda ni un punto! Mejor sería que tirasen o pa' su casa o p'a las cabinas azules antes de que sea demasiado tarde. ¡Ojo!..., pero que no olviden llevarse el rollo de papel, que seguro no hay.