Para nosotros, como para la inmensa mayoría de gente, nada es fácil. Los docentes interinos, tan castigados por la precariedad, sabemos mucho sobre eso. Llevamos cuatro largos años perdiendo una y otra vez, y tenemos la sensación de habernos ganado a pulso una matrícula cum laude.

Permítanme que tome prestado el título de una canción de Ismael Serrano para ilustrar mi percepción sobre lo que ocurre con el actual Gobierno de la Región de Murcia. Es un hecho claro que la soberanía popular, manifestada en las urnas, ha provocado que algunos estén acostumbrados a hacer y deshacer a su antojo como si eso fuera la norma. Tal es así que, tras más de veinte años de ejercicio absoluto de poder basado en mayorías absolutas, algunos no parecen recordar lo que dicen los manuales de ciencias políticas sobre en qué consiste eso de la democracia y el funcionamiento democrático de las instituciones. Y no; no se trata de imponer una voluntad única, ni de manipular, ni de poder hacer lo que se quiera por encima de la ley y las instituciones, que están para representarnos a todos. Esto no va ni del cortijo ni del señorito; pero algunos se esfuerzan mucho en no comprenderlo. ¡Cuánta voluntad!

En las pasadas elecciones autonómicas, tras mucho tiempo, algo cambió. Hubo un resultado tan legítimo como los anteriores, y los ciudadanos dijimos que ya estábamos hartos de un Gobierno monocolor y absolutista; dijimos que la pluralidad debía ser el timón de nuestro Gobierno y de nuestro destino. La Asamblea Regional adquiría colores y matices nuevos, y juegos de mayorías también nuevos, que obligan a las fuerzas políticas a entenderse. Y aunque algunos se rasgaron las vestiduras, ni fue algo dramático ni se vio la barca de Caronte. La Región de Murcia sigue en el mismo lugar del mapa en el que se encontraba.

De hecho, el partido que había acumulado mayorías absolutas, una tras otra, sigue ostentando la mayoría del poder; un poder, eso sí, que ahora no es absoluto. Ya no pueden acordarlo todo consigo mismos, sino que tienen que escuchar a los demás, reconocerles que también tienen cosas que decir, que representan a muchísima gente que no les ha votado a ellos, y que, por esa razón tan democrática, tienen que hablar, dialogar, debatir, convencer? y llegar a acuerdos. ¡Ah! Y aceptar que algunas veces también se pierden votaciones y es la opinión del 'otro' la que gana el juego democrático.

Son las reglas, y son las mismas para todos. Pero algunos no lo aceptan. Viven anclados en el blanco y negro, en el ordeno y mando, en un estilo de hacer política que los retrata. Y la fotografía no sale bien.

Llama la atención que haya representantes políticos en esta Región que, incluso, se permitan el 'lujo' de proclamar públicamente que no van a cumplir la ley. ¡Ahí queda eso! Precisamente un ejemplo viene de la consejería de Educación, que en estos días aparece tristemente ultrajada por la sombra de la sospecha. Pedro Antonio Sánchez fue consejero durante poco más de un año y nada hizo. No solucionó ningún problema, mantuvo los recortes y la precariedad en la escuela pública de la Región y utilizó su cargo exclusivamente para su promoción personal y política para 'suceder' a Valcárcel. Fue un tiempo perdido? aunque parece que él lo aprovechó bien.

Digo esto porque los interinos llevamos mucho tiempo reclamando igualdad de condiciones y que se ponga fin a nuestra situación de precariedad y discriminación. Y resulta que la Asamblea Regional acordó que, al menos durante este 2016, volvamos a recuperar algo de dignidad y percibamos la paga de verano si cumplimos con los requisitos de cotización exigidos. Sí, ya lo sé? tenemos la manía de querer comer en verano y anhelar recibir las mismas condiciones salariales por hacer el mismo trabajo. En fin? rarezas mías.

Esto viene a recuperar un derecho que en 2012 nos fue arrebatado con la excusa de que Educación no tenía dinero y que todos debíamos contribuir a superar la crisis. Se fueron, además, más de 3.300 compañeros, maestros/as y profesores/as, a la calle. Lo cruel de esto es el contraste con las noticias actuales sobre PAS y sus presuntos contactos con Púnica. Si se confirma lo que dice la UCO (#YoConfíoEnLaGuardiaCivil), lo que se pone de manifiesto es que habían 'otras prioridades'.

La verdad es que algunos no han cambiado ni han realizado el esfuerzo. Aquellos que 'nunca pierden, poco saben de la vida', y se niegan a asumir que las cosas han cambiado y requieren de otra actitud más democrática y respetuosa. Es muy preocupante escuchar a aquellos que deben gestionar y velar por todos que no van a cumplir la ley.

¿Es posible esto? ¿Es posible que un gestor se niegue a hacer una modificación del 0,4% sobre lo previsto? De lo que hablamos es de eso: la medida de pagar el verano a los docentes interinos de la Región de Murcia no supone más que el 0,4% del presupuesto de Educación. Más parece un problema de intolerancia, de no saber respetar las reglas de juego, de inquina y desprecio hacia un colectivo que lleva más de cuatro años proclamando las barbaridades que se están cometiendo. No es un problema de gestión, sino de respeto. Se niegan a admitir que el otro puede llevar razón. Y si realmente son incapaces de gestionar los nuevos tiempos, quizás deberían dejar paso a quienes sean más capaces. Para gobernar no es necesario tener el poder absoluto. La realidad es que sólo les valen 'sus' leyes, manteniéndose en la 'sordidez de la caverna' mientras la sociedad avanza y evoluciona. Y no, no les duele decir que las leyes no son para ellos.