Hay frases que se repiten una y otra vez a lo largo del tiempo y que no pierden vigencia como «no son tiempos para la lírica» cuando queremos hablar de la inoportunidad de algún acontecimiento. Y eso seguramente es lo que estará pensando Pedro Rivera Barrachina, el abogado recién nombrado consejero de Fomento e Infraestructuras de la Región, porque no parece el momento oportuno para dicho nombramiento cuando el presidente que lo ha designado, al parecer, está a punto de ser procesado y el Gobierno regional parece estar en el aire, según percibimos en las declaraciones del líder de Ciudadanos, Albert Rivera, quien ya ha dicho que, o se aclara el tema, o que con ellos no cuenten para continuar apoyando el Gobierno en la Región.

Y lo siento, porque conozco a Pedro Rivera: dos legislaturas junto a él en el Consejo de Administración de la Radio Televisión Autonómica me han permitido descubrir a un hombre educado, reposado y con el que se puede hablar, que no es poco. Y esto que les digo, que debería de ser lo normal, no lo es en muchos casos porque hay quienes ven, en los demás, amigos o enemigos dependiendo de qué defienda cada uno sin pararse a pensar que no es bueno confundir las churras con las merinas. Pero hay muchos que lo hacen, y que no le encuentran sentido a su vida si no es arremetiendo contra los que no participan de sus puntos de vista.

Pedro Rivera no es así, es un riguroso y preparado jurista y quizás por ello fue elegido para ese puesto, el de consejero de Fomento, que por las circunstancias en las que se encuentran las grandes obras públicas de la Comunidad aeropuerto de Corvera, Ave y otras menudencias ha de ser todo menos fácil de gestionar, por las experiencias que han tenido sus predecesores en el cargo, Manuel Campos aún recordamos sus declaraciones siempre llenas de optimismo pregonando que él inauguraría el aeropuerto, que dejó la consejería con más pena que gloria, y Francisco Bernabé, que aún no sabemos por qué se va, por qué nos deja: ni siquiera lo sabe él. Pero lo cierto es que tampoco será el que inaugure el aeropuerto, así es que no creo que sea un regalo esa consejería, pero si creo en la capacidad del recién nombrado. Y no caeré en la trampa de esos que dicen que no tiene experiencia policía porque quizás sea conveniente que no la tenga, observado lo precedente. No siempre los que tienen más experiencia muestran más capacidad, que es lo que percibimos día tras día.

En fin, que no lo tendrá fácil, pero vista la labor del anterior, yo le recomendaría que se dedique en cuerpo y alma a lo mucho que tiene pendiente en su consejería y que no caiga en la tentación de salir en las fotos diariamente porque es todo menos glorioso que un consejero se pase el día inaugurando obras de medio pelo, de los alcaldes de su partido todas ellas, que ya es sospechoso, y lo mismo ponga la primera piedra si, lo han leído bien, primera piedra de la remodelación de una calle de Mula, pongamos por caso, que ya hay que tener imaginación, que presentar junto al alcalde de esa misma localidad el proyecto de mejora de la carretera RM-C2, en el tramo entre las pedanías muleñas de La Puebla de Mula y Fuente Librilla. Leyeron bien, presentación de un proyecto de mejora de la carretera (así como suena, presentación) aunque el arreglo se proyectase para un año más tarde. Y dejamos aquí los ejemplos porque es de aurora boreal.

No, espero que el nuevo consejero tenga su vanidad la suficientemente colmada como para entender que hay cosas que rayan en el ridículo. Que los consejeros no pueden tener mentalidad de concejales con todos mis respetos para los concejales, pero cada uno tiene su papel y que ellos están para temas de más altura, por ejemplo, el aeropuerto, que ya va siendo hora de que se le busque solución: hemos de recordar que las obras se iniciaron en julio de 2008, terminaron en el 2012 y aquí estamos.