Mario se estira hacia el balón como un guardameta de los años cincuenta. A veces le veo en blanco y negro, estirándose, con su boina bien agarrada a la cabellera, en horizontal, con un estilo propio tan natural que vuelves a descubrir la esencia del fútbol en un niño de cinco años, y te emocionas, y recuerdas cuando te tirabas así a por los balones en la playa, o en aquella portería pintada en la pared.

Pero lo mejor no es la estirada, el paradón, los aplausos de todos los padres que le animamos en cada partido del Ranerito chupeta, los debutantes del verde fosforescente, que han sido este año los primeros campeones de la historia del fútbol base regional€ Lo mejor, con mucho y de largo, lo mejor que me ha dado el fútbol este año, es la cara de Mario tras haber despejado el balón. Su diminuta sonrisa, tan sincera que acaricia el alma, el gesto de orgullo y cómo Mario busca a su madre para recibir el premio. Un reconocimiento que el chiquillo se lleva tres o cuatro veces en cada partido, y que le vale para seguir intentándolo, una vez, y otra, y otra... como le pasará, seguro, en la vida con tantas otras cosas.

El fútbol tiene tantas cosas buenas como todos los deportes, y en los niños lo que tiene es que la ilusión con la que juegan no tiene barreras todavía. Ganar o perder importa, como en todo, pero a ellos les mueve otra cosa, pura, que va más allá de la diversión. Les mueve hacer algo por ellos mismos en esos campitos con porterías especiales, rodeados de conos de colores. Dado, el míster campeón, lo sabe, y por eso les ha dejado todo el año para que sus sueños se hagan realidad.

Una pelota despejada, un pase bueno, un gol€ Son triunfos que ellos viven con idéntica emoción con la que ayer futbolistas profesionales con la vida resuelta y millones de euros en sus cuentas, levantaron la Champions League. Digo la misma porque es fútbol, y porque los niños les emulan, pero si pudiéramos medirla, estoy seguro, la emoción de los pequeños en sólo un gesto dejaría en evidencia a cualquier otra emoción. Es lo que transmiten todos los fines de semana, todos esos pequeños futbolistas que están sólo empezando a aprender lo que es el deporte, que imitan a las estrellas sin saber que ellos son algo mucho más bonito, más completo, más puro.

Va hoy desde aquí un gran saludo de admiración a todos los debutantes, a todos los Mario, de la liga de la Federación de Fútbol de la Región de Murcia, porque todos esos pequeños han sido auténticos campeones en cada partido, en cada balón que han ganado durante este año. Ése ha sido el mejor fútbol de este año, del que todo el fútbol podría aprender mucho. El fútbol de la ilusión pura.

#VamosRanero Vale.