Un etarra que acaba de salir de la cárcel (su nombre es indiferente, podría ser cualquiera de ellos) pide disculpas y dice ser consciente del daño que han creado. Como será de formación cristiana habrá pensado que «renuncia a Satanás, a sus pompas y a sus actos y promete firmemente seguir a Otegi». Cometió dieciséis asesinatos. Esta gentuza comenzó a matar en la dictadura porque exigían un sistema democrático y cuando lo tuvimos incrementaron sus secuestros y asesinatos. Hay asesinos pertenecientes a dos generaciones. Ahora se sienten culpables y contritos. Todos sabemos que es mentira, pero a todos nos interesa y nos tranquiliza pensar que es verdad. En cualquier caso, más vale así, que sigan sin matar.