Todos nuestros políticos de la derecha, centro e izquierda nos convocan al voto útil, inútilmente.

Rajoy y Rivera abogan por una mayoría (gran coalición centro-derecha con PSOE), que el socialista Pedro Sánchez les niega: «Nosotros con el PP de Rajoy no vamos a pactar». Pedro Sánchez también se desmarca de Podemos e IU tildándolos ahora de izquierda radical que apoya a los separatistas y a los extremistas. Y en la izquierda, Unidos Podemos (Podemos, IU, Equo, confluencias y mareas) se convierten -por interés te quiero, Andrés- en grandes amigotes cuando no hace cuatro meses que se tiraban los trastos y se insultaban.

Por la cuenta que les trae a todos los partidos políticos, y de cara al 26J, parece que se ha impuesto el pragmatismo a raja tabla, el voto útil, con el baile de la yenka de fondo. Sí, ese baile que se hizo muy famoso en los años sesenta y setenta. Muchísimos jóvenes y no tan jóvenes no lo recordarán; se baila cantando a la vez: «derecha, izquierda, adelante, atrás; derecha, derecha, sí, sí, un, dos, tres...».

Rajoy defiende que sin ellos (PP) España será un caos, y que seguirán siendo la piedra angular de España. Y Unidos Podemos nos hace un llamamiento desesperado a dar un sorpasso no solo al PSOE, sino al mismísimo PP, nada menos.

Los populares nos piden el voto útil por el bien de España. Por qué no lo hicieron en los cuatro años de su legislatura de mayoría absoluta. Tuvieron más que tiempo, en vez de arruinarnos con recortes y reformas sangrientas, dejando empleos precarios y gran desigualdad social. Eso sí, los de la gaviota azul llenaron de corrupción el país, y sus bolsillos; vamos, los de muchos de sus militantes y cargos públicos y/o del partido.

En el PSOE la corrupción la tienen a mansalva en Andalucía con los ERE, y en otros muchos lugares. Pero lo que va a arruinar la carrera política de Pedro Sánchez es que pudiendo formar un Gobierno de progreso, de cambio, no quiso, o no se lo permitieron en su partido. Le dijeron que con Podemos, con los comunistas y con los independentistas, nanay de la China. Es increíble esta falta de unión en el PSOE que se está jugando su supervivencia, el ser o no ser un partido hegemónico como alternativa al PP. Y la superbaronesa del socialismo andaluz, Susana Díaz, ha advertido -¿oído cocina, Pedro?-: «Para gobernar hay que ser número uno en las elecciones; no vale la medalla de plata». ¡Vaya zas y vaya encargo! Suponemos que eso del ´Gobierno a la sombra´ que está formando Pedro Sánchez es porque empieza el buen tiempo, ya pronto llega el calor del verano, y claro, es mejor hacerlo en la sombra que a pleno sol. Pero, enseguida veremos que este gesto solo será un guiño del solitario Pedro Sánchez, desesperado, en una operación de oportunismo, más estética que eficaz y real.

De Ciudadanos no decimos nada porque siempre están a ´pillar´, y lo mismo que antes quisieron ´apañar´ con el PSOE, ahora lo quieren con el PP y tener ´la llave´ del cajero gubernamental.

Se hicieron deprisa y corriendo los acuerdos de coalición electoral (Unidos Podemos) porque se barruntaba una gran fuga de votos a un lado y a otro (baile de la yenka) o hacia la abstención. Todo tiene un precio, y entre los anteriores militantes, simpatizantes y votantes de Podemos se estaba fraguando una fuga de votos. Aunque ese ´coste´ se verá compensado, más o menos, con la coalición electoral de dieciséis formaciones, lograda entre Podemos, IU, Equo, confluencias y mareas.

Nos tememos que no habrá tanto sorpasso al PSOE, y mucho menos al PP en bastantes circunscripciones electorales más rurales que urbanas. Pero aunque hubiera cierto sorpasso, sin el apoyo de los socialistas, Unidos Podemos, con sus dieciséis formaciones, no llegaría a la cifra mágica de 176 escaños. Sin su aval explícito, aunque quedase en tercer lugar, con no más de 80 escaños, nunca la cúpula del PSOE actual permitirá a Sánchez votar a favor de esa coalición, al menos de momento. Lo que nos lleva a prever que el PSOE, en un par de años, se torne en un partido mediano con no más del 15% del electorado, a no ser que haga ciertas maniobras estratégicas muy peligrosas: pactar la gran coalición con PP y C´s a favor o abstenerse. Claro, eso sería posible sin Sánchez (pues ni ganaría las elecciones ni sería el segundo partido), y quizás también con un PP sin Rajoy. Gran coalición, de centro derecha o derecha ´blanda´, a lo UCD, para dos años, con una fuerte oposición de toda la izquierda. Se peleará por una reforma constitucional o por un proceso constituyente que cambie las normas, al menos electorales, de 1978. Eso, o una tercera edición de las elecciones, que ya me dirán ustedes qué desastre nacional, fracaso y fiasco de los políticos.

Nos vuelven a emplazar al voto útil en vez de al voto en conciencia. Al PSOE, ahora con menos influencia y poderío que en el 20D, se la quieren ´meter´ con calzador, lo mismo que ellos y C´s lo intentaron con Podemos. Y lo mismo que a muchos militantes de Podemos, y de IU sobre todo, que les han forzado a tragar con esa coalición electoral. Unidos Podemos es un viaje de mero turista, no de verdadero viajero, con muchas incógnitas, para no se sabe qué y cómo después del 26J.

Se pudo echar del Gobierno a Rajoy y al PP en febrero. El líder socialista Pedro Sánchez lo tuvo en sus manos claramente. Pero no quiso, o no le dejaron sus barones, el Ibex, Felipe González y cía. Ahora, de esos polvos vienen estos lodos. A bailar la yenka política otra vez, a ver qué pasa.