Con frecuencia leemos y escuchamos multitud de opiniones sobre hechos que acontecen en la vida social, económica, política, cultural, religiosa? tanto a nivel nacional como internacional. Cada quien emite su juicio desde su punto de vista.

Dos personas ven el mismo acontecimiento, pero desde diferentes puntos de vista. Si te colocas en el lugar del otro, mirarás ese acontecimiento desde otra manera. Cuando tu forma de mirar cambia, las cosas que tú miras también cambian. Entonces, me preguntarás ¿dónde debemos situarnos? ¿dónde está la verdad? La verdad está en quien busca la justicia, la fraternidad universal y defiende la vida del ser humano y de la naturaleza. Porque la verdad se asienta en principios éticos que se manifiestan en el respeto, promoción y defensa de los Derechos Humanos, particularmente de los más pobres y vulnerables. Este es el criterio que debemos tener, sobre todo los creyentes en Jesús. Si la persona que defiende una opinión tiene como criterio los valores éticos universales, el respeto a los derechos humanos y la búsqueda del bien común, esa persona es la que está más cerca de la verdad.

No es la misma visión de la realidad contemplada desde arriba, desde los intereses de los poderosos, de los adinerados, que visualizada desde abajo, desde los pobres, los explotados, marginados y excluidos. Los medios de comunicación social (prensa, radio, TV, redes sociales?) deberían informar en aras de la verdad y formar conciencia crítica en la ciudadanía en orden a construir un mundo más humano y solidario.

Sin embargo, el poder económico se ha adueñado de los medios. Los grandes empresarios y banqueros son quienes tienen los recursos y los monopolios para hacer posible la existencia de un medio de comunicación social. Desde ese poder tergiversan la realidad con discursos tendenciosos y parciales de los acontecimientos nacionales o mundiales, incidiendo erróneamente sobre la opinión pública. Actúan de forma brutal y avasalladora en contra de aquellas personas, movimientos sociopolíticos y Gobiernos que buscan organizar la sociedad en base al bien común. Los criminaliza tildándolos de 'antisistema', 'extremistas', 'radicales'? Utilizan el miedo para bloquear y paralizar las conciencias de los ciudadanos.

De este modo, los medios de comunicación del sistema dominante neoliberal se han convertido en instrumentos de domesticación del rebaño mediante la imposición del pensamiento único a través de sus noticieros y tertulias. Tratan de conformar un tipo de persona sumisa al sistema, individualista, ambiciosa de dinero, competitiva, consumista, superficial, que valora más el tener que el ser. Configuran personas sin alma, sin valores éticos, sin utopías, en un mundo cada vez más injusto e inhumano. Todo está en función de la economía, del mercado, del lucro. No hay personas sino consumidores. No hay naciones sino empresas. No hay relaciones humanas sino competencias mercantiles.

Estos medios de comunicación se ensañan contra aquellos países que, aun en medio de sus desaciertos, han conseguido grandes logros sociales, en beneficio de los más pobres, en materia de salud, educación, equidad, desarrollo comunitario, democracia participativa, tal es el caso de Uruguay, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Brasil, Cuba? Y sin embargo, callan ante las graves violaciones a los derechos humanos de los Gobiernos de otros países, como Arabia Saudita, considerado por Amnistía Internacional como uno de los más violadores de los derechos humanos y del derecho internacional; o la República de Honduras, que está a la cabeza mundial en asesinatos de líderes sociales y periodistas; o México, que es uno de los países con más desapariciones forzosas y cementerios clandestinos; o Estados Unidos, con más de quinientos presos políticos; o Libia, que desde octubre de 1011, tras la intervención de la OTAN, desapareció de los medios de Occidente, ocultando el caos, la huida y muerte masiva de inmigrantes en el Mediterráneo; o Israel y Marruecos, estados invasores y represores, el primero del pueblo palestino y el segundo del pueblo saharaui, y ambos Estados violadores del Derecho Internacional?

¿Por qué los medios de comunicación hacen silencio ocultando esta realidad? Porque están al servicio de los intereses económicos y geopolíticos del sistema capitalista neoliberal. No les interesa que se conozca la verdad ni el surgimiento de movimientos que buscan un cambio de modelo socioeconómico más justo, humano y cuidadoso del medio ambiente.

Hay personas buenas, pero ingenuas, que se han dejado atrapar y engañar por los medios del sistema. Incluso hay gente pobre, explotada o excluida, que piensa con la cabeza del explotador.

Es por eso que urge una profunda transformación y madurez de la conciencia crítica de los ciudadanos para que no se traguen ingenuamente la información que los medios de comunicación social lanzan, con constantes bombardeos de verdades a medias o manifiestas mentiras. Urge una educación de los pueblos en base a valores éticos y de respeto a los derechos humanos. Urge una nueva conciencia de ciudadanía universal para asumir que no hay ningún hombre o mujer ilegal en este mundo, porque todos somos humanos y hermanos más allá de las fronteras. Urge, finalmente, desarrollar medios alternativos críticos e independientes, para conocer la realidad tal como es en base a los principios de la ética universal y de la justicia social.

Dejo algunas preguntas para la reflexión personal y comunitaria:

1. ¿De qué manera los medios de comunicación influyen en nuestra manera de ver la realidad? ¿Desde dónde la visualizamos?

2. ¿Hay medios de comunicación en España que contribuyan al desarrollo de la conciencia crítica, con imparcialidad, buscando el bien común? Señalémoslos.

3. ¿Qué caminos alternativos utilizamos para informarnos sobre los acontecimientos sociales, políticos, culturales o religiosos a nivel nacional e internacional?

4. ¿Qué podemos hacer para desarrollar la conciencia crítica entre las personas que nos rodean?