Continuamos nuestro análisis con la programación musical de varias salas de conciertos del último cuatrimestre de 2015, así como la programación de varios festivales de música de la Región. Los resultados obtenidos no son más alentadores que aquellos referentes a la literatura y al cine ya publicados el pasado domingo.

En la Sala REM, desde septiembre a diciembre de 2015, se presentaron 70 grupos y DJ´s masculinos frente a dos cantantes mujeres (97,2% de hombres frente a 2,8% mujeres). En la Sala Garaje, en ese mismo período, fueron 87 grupos de los que, salvo en dos que hubo representación femenina, todos fueron hombres (nuevamente, 97,7% hombres frente a 2,29% mixto). En la Sala Doce y Medio, de los conciertos programados, 47 correspondieron a solistas masculinos o grupos formados sólo por hombres, 4 a grupos mixtos frente a tres solistas femeninas (es decir, 87,03% hombres, 7,4% mixtos y 5,5% mujeres). En la Sala Café de Alba, de los conciertos programados durante el último cuatrimestre de 2015, 13 fueron de mujeres, 13 de hombres y 2 de grupos mixtos. Es importante destacar que en octubre hubo cinco conciertos de cantautoras en un evento llamado October Woman, de modo que, en esa sala, quizás con un pequeño sesgo que ese evento representa (algo que se confirmará o no en el próximo cuatrimestre que analizaremos), encontramos una paridad ideal, con 46,4% de hombres, 7,2% de grupos mixtos y 46,4% mujeres.

En el Café Zalacaín, los 8 (100%) conciertos programados fueron de hombres o grupos formados sólo por hombres. En La Puerta Falsa, 11 conciertos fueron de mujeres, 23 de hombres y 6 mixtos (es decir, 27,5%, 57,5% y 15%, respectivamente). Es importante señalar que la peña flamenca en casi todas las actividades programa artistas mujeres.

Veamos las dos instituciones públicas que analizamos y la presencia de la mujer en la programación de cada una de ellas. En el Teatro Circo Murcia, de los conciertos programados nueve fueron de solistas o grupos masculinos, cuatro femeninos y dos de grupos formados por hombres y mujeres (60%, 26,6 % y 13, 4%, respectivamente). En el Auditorio Víctor Villegas, de los conciertos programados, 15 (44,1%) correspondieron a grupos o solistas masculinos, o en el caso del ciclo sinfónico en el que el director de orquesta es un hombre. Hubo una ópera dirigida por una mujer y ocho conciertos de mujeres. Además, hubo nueve representaciones de ciclo sinfónico en que una mujer dirige la orquesta y un ballet dirigido por una mujer, sumando un total de 55,88%. Es interesante atender al hecho de que la directora de la orquesta del Auditorio es una mujer, y también la dirección del ballet y la ópera y las solistas, mujeres.

En cuanto a los festivales, se ha analizado la programación de tres festivales: el Festival de Jazz de Cartagena y el de San Javier, y también la Mar de Músicas. En el primero, de los conciertos programados seis fueron de mujeres y doce de hombres (33,3% frente a 66,6%, respectivamente). En el segundo, siete conciertos fueron de mujeres y veinte de hombres (es decir, 25,92% frente a 74,07%). A su vez, en La Mar de Músicas, fueron doce los conciertos de mujeres (30,76%), veinticuatro de hombres (61,53%) y tres mixtos (7,69%).

Como se puede observar, la presencia de mujeres en los eventos musicales está casi siempre por debajo del 40%, sobre todo en las salas de concierto y cafés, exceptuando el caso del Café de Alba, en el que el porcentaje es paritario (aunque, como señalamos, deberemos ver si esa paridad se mantiene en el tiempo o si el festival de mujeres cantautoras sesga nuestra muestra). En lo que se refiere a grandes salas y teatros, la presencia de grupos formados por mujeres sigue siendo menor que la de los grupos formados por hombres. Los datos del Auditorio Víctor Villegas dan un porcentaje mayor a la presencia de mujeres, pero éstos son el resultado de las actuaciones de la OSRM, cuya directora es Virginia Martínez. En cuanto a los festivales, la presencia de mujeres sigue siendo menor que la de hombres, por debajo del 40%.

Como podemos observar en estas cifras aquí presentadas, el panorama literario, cinematográfico (que analizamos en la entrega anterior) y musical murciano está prácticamente vedado a las mujeres, con escasas excepciones. Está claro que no suponemos que eso sea intencional. Todo lo contrario. De hecho, creemos (y esperamos) que este trabajo que hemos empezado dé visibilidad a estas prácticas poco paritarias y llame la atención de las personas responsables de la programación cultural en nuestra región para que tengan en cuenta un sesgo de género que viene dado desde la misma formación cultural del gusto.