Hoy estoy de celebración. Este que están leyendo es mi artículo número 500 en este diario. Desde el año 2003 llevo escribiendo para La Opinión un artículo semanal cada viernes. Desde entonces, en total, 500 artículos, más de 300.000 palabras y cientos de horas frente al ordenador.

Ahora que echo la vista atrás, recuerdo que por aquel año 2003 yo escribía en este mismo diario artículos sobre el terrorismo, sobre las guerras interesadas, sobre la acumulación de riqueza por parte de unos pocos, sobre la falta de intención internacional para erradicar el hambre en el mundo, sobre el turismo de borrachera en nuestro país, sobre la tarea recaudadora de la dirección general de Tráfico (DGT), sobre los pésimos resultados de nuestros alumnos en las pruebas internacionales, sobre la laxitud de nuestra Justicia que fomentaba el asentamiento en nuestro país de todas las mafias del mundo, sobre la voracidad de los bancos, sobre la corrupción política y empresarial, sobre la falta de calidad política, sobre la situación de indefensión de la mujer en el mundo subdesarrollado?

Actualmente, en este año 2016, he escrito artículos sobre el terrorismo, sobre las guerras interesadas, sobre la acumulación de riqueza por parte de unos pocos, sobre la falta de intención internacional para erradicar el hambre en el mundo, sobre el turismo de borrachera en nuestro país, sobre la tarea recaudadora de la DGT, sobre los pésimos resultados de nuestros alumnos en las pruebas internacionales?

Cuando repaso los artículos que escribía por aquel año 2003 y los que escribo ahora en este 2016, compruebo que, a pesar del paso de los años, los problemas que sufrimos los ciudadanos siguen siendo prácticamente los mismos. Y que, además, todos esos problemas podrían resumirse fácilmente en uno solo, a saber: que en el mundo existen los poderosos que son los que dirigen el mundo y tienen dinero en los paraísos fiscales y usted y yo que somos los que recogemos las miserias que ellos nos entregan para tenernos callados y felices. Por esta razón porque creo que los ciudadanos de a pie estamos completamente desprotegidos frente a los poderosos, soy un defensor a ultranza de la cultura y de la educación, porque la cultura y la educación son las únicas armas de que disponemos para ser hombres y mujeres libres.

Ahora que repaso tantos y tantos artículos en mi memoria, tengo que decir que en este diario que están ustedes leyendo, La Opinión, jamás he tenido ningún problema en publicar ni uno solo de mis artículos, tratase el tema que tratase, fuese incómodo o no. Mis artículos siempre fueron bien recibidos y jamás recibí ningún tipo de consejos ni reparos, lo cual habla a la perfección de la calidad de todos aquellos profesionales que trabajan en este periódico. La Opinión, hace ya muchos años, en el 2003, me dio la oportunidad de plasmar mis pensamientos y mis ideas en un periódico, y en este aniversario de artículos quiero darles a los responsables actuales y a los que ya no están las gracias.