Qué gran verdad ésa que dice que, en tiempos convulsos, tendemos a inclinarnos ante quien parezca tener las cosas más claras. Vamos, que a río revuelto, ganancia de cuñaos. Cuanto mayor sean el griterío y la desinformación, más caso le haremos al vendedor de crecepelo, y menos a quien nos recomiende mejorar la alimentación y las costumbres. El estrés no solo es malo para el pelo; también para atinar con las soluciones.

Tras ocho años largos de crisis, va quedando en evidencia que la Loción Milagrosa del Doctor Sarkozy Para Refundar El Capitalismo no llevaba, por no llevar, ni aloe vera. Ni se han eliminado los paraísos fiscales, ni se ha reformado el sistema financiero (a no ser que por 'reformar' entendamos alicatar los bancos hasta el techo con dinero público), ni ha habido plan de estímulo keynesiano ni fomento del empleo ni ná de ná. La tecnocracia neoliberal ha aprovechado la crisis para hacer con el mando lo mismo de siempre: poner a dieta al enfermo y repetirle que le ve mejor cara, que hala, a emprender. Cada vez todos más calvos, claro. Pero cada dos por tres abrimos el periódico y nos encontramos, ahora ya sí que sí ésta sí que es la buena ya vienen ya se ven, con nuevos brotes verdes. ¿Que hay elecciones? Pues ración doble. Si no nos mirásemos al espejo de vez en cuando, nos creeríamos el Rey León.

Y luego está, cómo no, la vuelta de tuerca ibérica. Si en el resto de Europa los ungüentos tecnocráticos huelen al menos bien y te dejan la calva suave, por aquí nos basta con que en la etiqueta salga un Príncipe de Beukelaer, aunque el contenido huela a pescao de antesdeayer. Tú plánchate bien la raya y pon voz de seductor que da igual lo que le eches, un rebaño de calvos vas a recoger. A la vista de las encuestas quién diría que acabamos de padecer un Gobierno cuyos ministros no veían el Jaguar del garaje pero sí al ángel de la guarda que los ayudaba a aparcarlo. Y de la Región ni hablemos. Ni un año tiene nuestro apaño PP-C's y ya están sometiendo a duras pruebas el poder protector de los aforamientos (por los casos del auditorio de Puerto Lumbreras, la guardería de La Paz y las facturas manipuladas) tanto el presidente Sánchez como la diputada Martínez-Cachá y los cuatro representantes de Ciudadanos. Una fórmula a pocas luces milagrosa.

Tan trabajado tienen el número que no solo vemos pelillos donde no los hay; cuando aparece alguno, además, siempre ha sido gracias al bálsamo de Fierabrás. Pardiez que son buenos. Pienso en el ministro Soria, su pelazo ondeando al viento de Panamá. Los veo por todas partes. Por la que me toca más de cerca, por ejemplo, como poeta y residente en la capital, lo veo en mi concejal de Turismo y Cultura, el señor Pacheco, su excelente cabellera, su perfil de buen gestor popular. Lo bien que habla ese hombre. La fórmula magistral de su ungüento consiste en que las artes y las letras son recursos auxiliares del turismo, y solo en esa medida el consistorio los apoyará. Por mor de la eficiencia con recursos muy limitados, añadirá. Y allá que iremos a comprárselo, la gente de la cultura, que estamos como bolas de billar. Pero aquí no va a crecer ni pelusa. Y entonces es cuando veremos pasar el autobús turístico de Murcia, tan vacío siempre como nuestro cuero cabelludo. Y se nos pondrá otra vez cara de Mortadelo. Pero de Mortadelo poniéndose las gafas, y tal.