Para que se dé una participación activa en el aula se necesita de una metodología capaz de adecuar los contenidos a la comprensión del alumnado, siendo fundamentales los recursos didácticos utilizados. Sin embargo, en el modelo tradicional de enseñanza los/las estudiantes eran sujetos pasivos y aunque los/las docentes cumplieran con su cometido de enseñar, no se garantizaba que los/las discentes aprendieran aquello que se les estaba enseñando. En ese proceso complejo que es el aprendizaje, se puso en evidencia en nuestro país la necesidad de modernizar la metodología de enseñanza que hacía del alumnado meros sujetos pasivos. A tal encomienda que parecía no imposible pero sí algo complicada, surgió en España una nueva área de conocimiento, la Didáctica de las Ciencias Sociales, siendo el primer catedrático de Universidad en esta materia Joaquín Prats Cuevas.

Recientemente, Prats apadrinado por el profesor Francisco Chacón Jiménez, catedrático del área de Historia Moderna en el Departamento de Contemporánea y de América de la UMU, ha sido nombrado doctor honoris causa por la Universidad de Murcia. El acto de investidura fue una invitación continua a la reflexión sobre la importancia de la historia y las ciencias sociales, así como de la necesidad de hacer llegar el discurso científico a la sociedad, implicándola al mismo tiempo que se la hace partícipe del relato sobre su pasado y presente.

La riqueza de cualquiera de los discursos que allí pudieron oírse fue sin duda un regalo para los oídos. La fructífera trayectoria del profesor Prats se resaltó en la laudatio leída por el doctor Chacón, quedando claras y justificadas las cualidades que le llevan justamente a merecer la más alta distinción del entorno académico universitario. Su bagaje destaca entre otras cosas, por ser prolijo en la elaboración de materiales educativos con carácter innovador, libros de texto y ejecución de proyectos de investigación.

El doctor Prats, en su lección magistral titulada Combates por la historia en educación, «defendió la presencia de esta disciplina en el ámbito educativo; alertando del peligro de que se extinga en los currículos. De hecho añadió que «ya ha ocurrido en la educación primaria donde ha perdido su identidad al diluirse en esa área llamada ´Conocimiento del medio social y cultural´». En una decidida apuesta por promover combates por la historia, hizo un vigoroso manifiesto de reivindicación de «la historia científica como pieza fundamental en los estudios primarios y secundarios», atreviéndose también a proponerla en los universitarios, «sea cual sea la rama del saber que se curse».

Creo sinceramente que en este combate por la defensa de las humanidades y en concreto de la historia, lo medios de comunicación tienen que tomar parte activa, pues como supo transmitir con claridad el nuevo doctor honoris causa por la UMU, «enseñar historia equivale a enseñar a pensar».