La que se está liando con el asunto de las facturas de mi Miguelico de Ciudadanos y ya ven, lo pinten como lo pinten la cosa no es para tanto, pero como a cada cual le interesa pintarla del color que más le beneficia, pues eso, que se está liando la marimorena.

La postura del PP es incomprensible. Si bien el presidente Pedro Antonio está siendo prudente con lo que manifiesta, no así el portavoz pepero, Víctor Martínez, quien ha salido en tromba descargando toda su ira sobre el líder de Ciudadanos, quizás tratando de excusar sus problemas de partido con un «y tú también». Que el PP tiene mierda es claro y notorio, pero no tanta como algunos cacarean, que fuera de cuatro irregularidades administrativas, poco sale de lo mucho que vocean por ahí sus detractores. ¿Será porque poco hay? Lo más seguro. Por eso es fácil pensar que al ver el portavoz pepero Víctor que el partido que lidera la honestidad y la honradez también tiene mierdecilla, no ha podido controlar su ímpetu y ha salido atacándoles sin compasión. Un error propio de quien no sirve para la política es atacar a quien te mantiene en el sillón y en el cargo con sueldo, cuando lo que debiera haber hecho es buscar excusas para que no se hunda el barco, pero ¡qué mala es la rabia contenida! sobre todo cuando te impide ver la realidad y te mantiene en el pasado glorioso de las mayorías absolutas. Flaco favor le está haciendo éste hombre a su presidente Pedro Antonio, error que nunca hubiese cometido Javier Iniesta. ¡Anda que menudos te rodean, Pedroan!

Y por si alguien piensa que estoy equivocado, miren el comportamiento de mi Rafael González Tovar, que en vez de sacar ese carácter de malafollá y su enérgica artillería verborreica contra este tipo de actuaciones, se la ha envainado y le está ayudando a Miguel por lo bajini, imagino, para que le deba un favor y dentro de poco se lo pague con la presidencia, ¿o no?

Muy bien su postura, plausible, sembrar hoy para recoger mañana. Por fin un acto sublime de este aspirante a presidente.

Los de Podemos, como siempre, en su línea, que podrá compartirse o no, pero no decepcionan. Oscar dice y hace lo que es coherente con su postura política, por lo que la exigencia de responsabilidades hasta el final no ha sorprendido a nadie.

Pero, queridos lectores, no les hagan mucho caso a lo que dicen y hacen los unos y los otros, porque están queriendo hacer una falla valenciana de algo que no pasa mas allá del flash de una cerilla, que todos tienen interés en salir con ganancias de este río revuelto.

Veamos un claro ejemplo de lo que ha pasado y todo el mundo lo va a entender.

Las empresas funcionan jerárquicamente, hay un administrativo, un jefe de contabilidad, un director de gestión y un gerente. Todos se supervisan entre ellos, pero cuando una factura pasa de uno a otro, menor es el control sobre ella. El administrativo lo mira todo, el jefe de contabilidad comprueba hasta el mas mínimo detalle de la legalidad, el director de gestión firma todo el procedimiento y es cuando se lo pasa al gerente, que lo único que se limita es a firmar la orden de pago que le ponen en la mesa, en la confianza de que su director de gestión ha sido de total fidelidad y eficacia. Si uno de esta cadena quiere colarle un gol al gerente siempre se lo para el director de gestión, pero si el ´malo´ es éste, el gol al gerente es seguro y con mala leche.

Pues eso mismo le ha pasado a mi Miguelico Sánchez de Ciudadanos. Él confía en que el encargado y responsable de las facturas y de los pagos lo está haciendo bien, le ponen los papeles a la firma y la estampa sin comprobar más, ¡como hacemos todos los gerentes!, y a continuar con otras cosas, porque ningún responsable máximo puede pensar que quien está detrás de él como hombre de confianza y responsable, le esté preparando la cama y la mortaja. Pues eso parece que le ha pasado a mi Miguelico, tal cual.

Albert Rivera ha cesado a Mario Gómez, y ha hecho muy bien, por lo de las facturas, pero también porque se rumorea que estaba preparando un golpe de timón dentro de Ciudadanos para cargarse a Miguel Sánchez€ que posiblemente sea el meollo de toda esta cuestión. Cuando mi Miguelico dice que todo ha sido un error de la inexperiencia, es totalmente cierto por su parte, pero es dudoso por la parte de quien ostenta la responsabilidad de cumplir la ley en materia de facturas y pagos... y sabe muy bien lo que hace.

Sí, lo digo y sé que algunos se molestarán, pero esto huele a pastilla de jabón para cargarse a Miguel Sánchez. Como huele a tufazo el enorme interés que tiene el portavoz del PP, Víctor Martínez, en romper Ciudadanos con sus declaraciones, porque si el diputado de este partido Luis Fernández se fuese al grupo mixto y se arrimase al PP, sería como volver a la mayoría absoluta. ¿A que no habían pensado ustedes en esta maniobra política? Pues fíjense bien, que la repito: con este folletín, Ciudadanos se rompe; un diputado se va al grupo mixto, pero aliado con el PP, dándole la mayoría absoluta y acabando con el problema de la moción de censura; Miguel Sánchez se queda sin poder sobre el PP, y Rafagón, que le ha ayudado, se queda compuesto y sin trono.

¿A que les suena a una intriga de esas que salen en las pelis de políticos? Pues tal cual, todo pinta a que mi Miguelín es una víctima de quien ha pretendido quitarle el puesto, los del PP que quieren romper Ciudadanos para beneficio propio y los del PSOE que quieren el orgasmo presidencial dándole calorcico a Miguel Sánchez en estas sus horas bajas€ ¡con lo poco que lo han venido valorando! con un hoy yo te ayudo y tú mañana me haces presidente. Lo de Juego de Tronos se queda en mantillas€ pero mi Miguelín de esto no tiene la culpa y más le vale a Ciudadanos, con lo que estamos viviendo, no tocarlo.

Oye, si es que parecen hienas; se comen unos a otros o, peor aún, ¿a que parecen políticos? Ay mi probe Miguelico€