Creo padecer el ´síndrome AriasNavarro´ (horror democrático al cambio) o algo parecido. A las personas de mi edad no se les puede ofrecer determinados aspectos, tan irreverentes, de la libertad. Estoy escandalizado ante lo natural de cómo se producen algunas manifestaciones que tienen más de ofensa que de muestra de identidad. El derecho al ´Sangrado Libre´ menstruoso de la CUP; la Procesión del Coño Insumiso en la procesional Sevilla; tías en pelota, arrojando bragas a la cara de un obispo o metiéndose en el nicho sagrado de cierta iglesia; muy determinadas formas de hacer patente la transgresión a tradicionales formas de nuestra cultura. Etc. Todo muy diferente a cuando, allá hace un montón de años, sutilmente reclamábamos sin sutilezas la Democracia a los Arias Navarro de entonces (y el Amor Libre, no sin cierto respeto).