El Partido Popular ha emprendido una campaña de acoso y derribo contra la moratoria urbanística planteada en la Asamblea Regional por el Grupo Socialista. Hacía tiempo que a esta formación política no se le veía con tanto interés en bloquear una iniciativa como ahora. Por tierra, mar y aire, que dirían en el ejército, han convocado a sus huestes para obstaculizar una propuesta cuyo interés es la protección de un paraje natural, patrimonio de todos los murcianos.

Insisto, patrimonio de todos los murcianos. Porque sería difícil encontrar en nuestra Región a personas que, en algún momento, no hayan disfrutado del Mar Menor y no tengan un sentimiento de tristeza por su estado. Y en virtud de esta afirmación, también el PSOE podría movilizarse desde los municipios de la región donde gobierna para apoyar la suspensión temporal que hemos propuesto, como lo está haciendo el Partido Popular, pero tenemos un concepto de la responsabilidad que nos impide actuar de esta manera.

Uno podría preguntarse a qué obedece una actitud tan hostil ante una iniciativa que, además, es demandada por buena parte del ámbito social y científico de nuestra región, como una oportunidad para detenernos en esta vorágine constructora que aún se empeña en seguir edificando sin control, y analizar las condiciones de la laguna para, a partir de las conclusiones, proceder de la manera más conveniente.

El PSOE no acepta de ningún modo la pretensión del Partido Popular de querer instalar en la opinión pública la idea de que esta iniciativa va en contra del desarrollo económico y de las pequeñas promociones de viviendas de los municipios ribereños. Porque no hay que confundir el desarrollo económico con la construcción desaforada de viviendas. Al desarrollo económico también contribuye la actividad turística que motiva el Mar Menor y de la que viven tantas familias, que mantiene y crea puestos de trabajo y, en definitiva produce riqueza regional.

Pero mucho me temo que, de continuar así, de no tomarnos un tiempo prudencial para reflexionar sobre el futuro, sobre si queremos un modelo sostenible y compatible con los recursos naturales que tenemos el privilegio de poseer en la Región de Murcia, tendremos que lamentar, en un plazo no muy lejano, haber terminado con los motivos por los que miles de personas nos visitan cada año. Y eso sí tendrá consecuencias negativas en el desarrollo económico regional que tendremos que lamentar por no haber sido responsables y tomar medidas efectivas a tiempo para detener la lenta muerte del Mar Menor.

El PSOE está proponiendo una moratoria temporal hasta que la Comisión Especial del Mar Menor constituida en la Asamblea Regional, termine sus trabajos y, a partir de sus conclusiones, pueda elaborarse una ley integral para la recuperación de la laguna. Si esta iniciativa se aprueba en el Parlamento Regional, el Gobierno, en colaboración con los Ayuntamientos implicados, debe establecer las medidas normativas que considere oportunas para garantizar su cumplimiento.

Creo que este planteamiento es absolutamente razonable y cualquier persona bienintencionada puede entenderlo perfectamente. Es difícil justificar la actitud del Partido Popular, desde el punto de vista de que todas las formaciones políticas han de actuar buscando el interés general. Tendrán que explicar, por tanto, los verdaderos motivos que les mueven a oponerse a la protección del Mar Menor que, por cierto, ha sido su posición en la Región durante tanto tiempo.

Quiero apelar al sentido común y a la responsabilidad de todos, en especial de los grupos políticos, para responder a las expectativas de los murcianos y que, por una vez en este asunto, estemos a la altura de las circunstancias.