Cambiar el nombre a las calles puede ayudar a que muchos abandonen la vida sedentaria. Ya lo explicaba esta semana la concejala, competente de esta materia en el ayuntamiento de Murcia, Maruja Pelegrín, que además de crear un Reglamento para establecer criterios, hay que valorar los perjuicios que se pueden generar por el cambio de nomenclatura. Efectivamente, cambio de nombre, cambio de dirección y por consiguiente, cambio de documentación. Adiós al sedentarismo. Levántese del sofá y prepárese para actualizar su DNI, el carnet de conducir y la tarjeta sanitaria. También deberá dar su nueva dirección en correos, la oficina del catastroa, al banco y a su suegra para que cuando le visite y el taxista para que no se pierda (esto lo último). Además, todosin olvidar que la historia está para no olvidarla. Aunque esto es otra historia.