Queridos lectores y queridas lectoras (espero que el haber utilizado antes el masculino no ofenda a nadie). He de confesar que ayer las musas y los musos (como bien me recordó una buena amiga) me abandonaron y no sabía sobre qué escribir en esta pequeña ventana. Si bien es cierto que durante todo el día estuve dando vueltas a un tema. Según leí, en Andalucía ya no se podrá decir andaluces, porque se deberá hablar de población andaluza. Y es que, claro, así no se ofende a nadie ni se discrimina, consiguiendo de tal manera la ansiada igualdad. Y nosotras y nosotros (espero que nadie se ofenda por anteponer el femenino al masculino), que ya somos mayorcitas y mayorcitos, estas cosas las asumiremos como a cada una y a cada uno le venga en gana. Pero, imagínense a esos niños (y niñas) convertidos (convertidas) en ratas de laboratorio de un nuevo plan de igualdad de género en la Educación. Pobrecitos, vaya lío se montarán en la cabeza, «¿De dónde eres?», «de Andalucía». «¿Entonces eres€?», «población andaluza». «Muy bien, Manolito». A esto se añade que los profesores deben dirigirse a ellos como «alumnas y alumnos» y el becario pasará a denominarse «persona becada». Por favor, a quienes corresponda, dejen vivir al personal; trabajen por lo que realmente interesa a quienes les pagan. Y si no lo digo, reviento: ¡Cuánto imbécil e ´imbécila´! :)