La ETA ha tenido a bien considerar como una obligación moral hacer pública su repulsa a los recientes atentados yihadistas. Afirman que es intolerable el sacrificio de inocentes en nombre de una causa. ¿Esto cómo se come? Encima, con el hábil uso de circunvoluciones retóricas, vienen a decir algo así como que ellos mataban cuando Franco y que, después, siguieron matando porque consideraron que la cosa era como ´casi´ Franco. Ahora nos quieren vender una pose humanitaria, un «condeno lo de los otros» para ver si cuela que son conscientes de que lo de matar inocentes no se hace, pero sin condenar sus propias atrocidades. En su comunicado con motivo del Aberri Eguna afirman no arrepentirse de nada, ya que lo de la democracia fue hacer trampas. A ver quién es el guapo que se atreve a jugar al parchís con esta gentuza.