Mañana es un día grande para los murcianos, ya que celebramos la fiesta del Bando de la Huerta. Para mí, esta jornada va más allá de beberse todo el ron del Caribe, de asaltar las barracas cual apocalipsis zombie y de petar el Facebook de postureo huertano. En una época en la que estamos profundamente globalizados, mantener vivas nuestras tradiciones se convierte en algo imprescindible si no queremos que nuestra huella se borre y nuestras costumbres sean sustituidas por otras que nos llegan de lejos. Por eso, aprovechando la fecha, quiero transmitirles una serie de reivindicaciones para que las tengan en cuenta, aunque sólo sea mañana: hagan menos selfies y más retratos; cambien el leggin por la enagua, no pidan hamburguesas y coman guiso de trigo; no beban Gin & Tonics y degusten un buen chatico de vino; bailen jotas y no reggaeton; celebren la Orillica del Quijal en vez de Halloween y dejen de whatsappear y pónganse a pelar la pava. Porque este es nuestro día y el de nuestas tradiciones. ¡Viva Murcia, pijo!