El 20 de diciembre la ciudadanía expresó su deseo de cambio en el Congreso y en el Gobierno. Mostró también el camino a los políticos para abrir un nuevo tiempo que atendiera las necesidades de los españoles y españolas.

Los socialistas entendimos desde esa misma noche que era el momento de dialogar, de entendernos con las diferentes fuerzas del cambio. Y eso hemos hecho desde que el jefe del Estado mandató a Pedro Sánchez para formar Gobierno. Con un equipo experto y sólido nos hemos sentado a escuchar y a proponer. A elaborar un camino para construir la España que necesitamos: afrontando las reformas para el progreso.

En todo este tiempo hemos dejado atrás prejuicios porque entendimos que no era tiempo de trazar líneas rojas. Miramos a izquierda y a derecha. Si no es así, el cambio que reclamó España en las últimas elecciones no es posible. Sentándonos a hablar y discutir hemos llegado a puntos en común, cediendo y acercando posturas. Negociando como debe hacerse, eso sí, políticas, no puestos.

Así, el documento que hemos firmado contempla una agenda de modernización económica pasando por la derogación de la reforma laboral.

Transformamos en tres los tipos de contratos para garantizar la estabilidad de los trabajadores. Un nuevo contrato estable y progresivo que durará como máximo dos años y que se convertirá en indefinido a partir del tercero. Además, contratos indefinidos para la cobertura de puestos de trabajo indefinidos. A estas dos modalidades se le añade el contrato de formación y de relevo. También, negociaremos el nuevo estatuto de los trabajadores en el que impulsaremos el diálogo con los principales interlocutores sociales que culmine en la elaboración de un nuevo Estatuto que recupere los derechos laborales. Estableceremos un nuevo sistema de cotización para los autónomos, de modo que paguen en función a sus ingresos reales.

Eliminamos los aforamientos de todos los políticos de España. Ya lo intentamos en la Asamblea Regional, quisimos eliminar los aforamientos a los diputados y a los miembros del Consejo de Gobierno, pero la abstención del Partido Popular hizo imposible que se acordara, puesto que se necesitaba una mayoría cualificada.

Castigaremos a los representantes públicos que incrementen su patrimonio durante su mandato de forma injustificada y lo tipificaremos como delito. De igual modo, suprimiremos el indulto a los condenados por delitos de prevaricación, violencia de género y contra los Derechos Humanos.

En materia de Educación, paralizaremos los puntos de la LOMCE que no se han puesto en marcha y en un plazo máximo de seis meses abordaremos un pacto de Estado por la Educación. Este es otro de los aspectos que ya aprobamos en el Parlamento autonómico, aunque el Gobierno regional no lo haya ejecutado, como es su deber.

Como ya hicimos en el programa electoral, este acuerdo de Gobierno de progreso recoge el mantenimiento de las infraestructuras ya existentes como es el trasvase Tajo-Segura, y la inversión en agua desalinizada como complemento. Una apuesta firme y clara para solucionar el problema del déficit estructural de agua que padecemos.

Retomaremos la Ley de Dependencia, restaurando derechos a los dependientes, y restauraremos la universalidad de la Sanidad y eliminaremos el copago farmacéutico.

La Región de Murcia también se ve beneficiada especialmente en la moratoria que se acuerda para el fracking, corroborando de esta forma la exigencia que venimos haciendo de que la Región esté libre de esta técnica invasiva y perjudicial para el medio ambiente.

Derogamos el impuesto al sol. Una ley lesiva de Rajoy para miles de familias murcianas que ven ahora como se mantiene el compromiso del PSOE de ayudar a los productores de fotovoltaicas y al autoconsumo.

Estos son solamente algunos puntos de un acuerdo que es el que España necesita. Un pacto al que esperamos se sumen más fuerzas políticas.

El cambio tiene que llegar también con el apoyo de Podemos y del resto de fuerzas de izquierdas, pero no únicamente con ellos porque no aceptaremos un referéndum. Si finalmente Podemos no lo hace, estará al lado del Partido Popular. Si las fuerzas del cambio quieren consolidar el mandato que nos dieron los votantes han de sumarse al proyecto que lidera Pedro Sánchez, y la Región de Murcia tendrá un presidente que conoce sus problemas y que los siente como propios. Un presidente de la tierra.