Casi cuarenta años después del robo de las joyas de la Virgen de la Fuensanta en el Museo de la Catedral de Murcia, en aquella madrugada de enero de 1977, empiezan a aparecer algunas de las piezas más notables a partir del intento de quienes compraron el tesoro de buena fe „quizá„ de venderlas en públicas subastas de arte. Se sabe casi todo de aquel acto de saqueo, menos la autoría, claro; se imaginó otro tanto porque siempre se pensó que los autores fundirían los metales y venderían sueltas las piedras preciosas contabilizadas en las Coronas de la Virgen y el Niño, por miles. Puede que no fuese así y que se actuase, en su posterior venta ilegal, de otra manera. Eso es lo que parece demostrar la recuperación del Pectoral del cardenal Belluga, compuesto por esmeraldas de Venezuela, intacto y en perfectas condiciones. Y en todo esto quiero comentar un hecho anecdótico que demuestra lo útil del documento.

Un par de años antes del robo, en 1975, el abogado y cineasta murciano don Andrés Cegarra Páez, rodó una fantasía documental en súper 8 y en color que tituló Gemas, filmando con detalle y primeros planos, las piedras preciosas del tesoro de la Virgen. La cinta, de aficionado, se convirtió, unos pocos años más tarde, en un elemento esencial para la Policía para poder identificar las piedras preciosas (las gemas) robadas. Más para el caso en el que se suponía que las coronas y otros objetos fueran desguazados y fundidos. No había elementos fotográficos en el Museo con tal detalle. Cegarra juega con las formas, el color y los brillos de estas joyas, convirtiendo su película en un documento de trascendente importancia, tanto como inesperada.

Fue un hallazgo fortuito aquel rodaje autorizado por el obispado por su carácter amateur, que quizá haya prestado un excelente servicio en las décadas siguientes al robo. El documento que cobra por sí mismo, como ocurriera en otras ocasiones, un valor de autenticidad ante lo registrado en el celuloide. Gemas es, por tanto, una película histórica, imposible de realizar, por ahora al menos, nada parecido, de repetir la experiencia. Su autor, que ya era por entonces, cuando rodó la película, un cineasta o cineista „como ellos mismos se denominaban„ muy conocido y premiado. Había conseguido, en 1972, con su película Primer paso, un premio extraordinario de su especialidad amateur. Con Gemas ganó un premio, en el azar de los acontecimientos, muy difícil de igualar.