Mientras seguimos a la espera de cómo se solucionará el limbo político español, convendría abrir el foco y preguntarnos qué ideas deberá manejar el Gobierno (aquí y en todo Occidente) para encarar los problemas económicos de los próximos años. Una pista nos la facilitaba el ayuntamiento de Barcelona, tras publicar el informe sobre renta familiar disponible en los distintos distritos de la ciudad. Y los resultados, tras siete años de crisis, apuntan a un debate de futuro: el de la creciente desigualdad entre los distintos barrios de la ciudad. Además, esto pasa en una urbe que, desde los años 80, presume de su alto grado de cohesión interna; ahora, en cambio, la renta del barrio más rico (Pedralbes) multiplica por siete a la del más pobre (Trinitat Nova). Y creciendo.

El combate contra esta disfunción se agravará tras lo anunciado en un informe hecho público en el Foro de Davos (enclave suizo donde se reúne, anualmente, parte de la élite económica mundial): en los próximos cinco años, la automatización (con el desarrollo de áreas como la robótica o la inteligencia artificial) provocará la destrucción de siete millones de empleos? que apenas serán compensados con los dos millones que crearán la computación o la ingeniería.

En ese sentido, ¿qué soluciones se pueden buscar? Una respuesta viene de Finlandia: sus autoridades quieren implantar la denominada renta mínima universal (o impuesto negativo sobre la renta, como lo llamó Milton Friedman). Cada ciudadano finlandés recibiría 800 euros, sea cual sea su situación y podría usarlos como quisiera? con la contrapartida de que se eliminarían gran parte de las ayudas sociales otorgadas por el Estado. ¿Estamos dispuestos a ello? En todo caso, habrá que ir acostumbrándose a la combinación desigualdad, robots y renta mínima durante los próximos años.

Abusos contra refugiadas. Clarín resumía un informe elaborado por Amnistía Internacional, donde se relataba la cruda odisea vivida por las refugiadas que huyen de la guerra y el terrorismo, hasta alcanzar terreno griego o italiano, tras caminar sobre la nieve con temperaturas bajo cero. Muchas de ellas se enfrentan a agresiones físicas y explotación sexual, hasta el punto de ser obligadas a tener relaciones con traficantes de personas, otros refugiados e, incluso, policías. Miedo al Merkel-exit. Aunque falta más de un año para las elecciones en Alemania, Business Insider señalaba la creciente preocupación de los inversores ante el hecho de que, después de doce años, Angela Merkel (la política más influyente de Europa) pudiera perder la cancillería. Actualmente, algunas encuestas otorgan hasta 10 puntos de pérdida de intención de voto para el partido de Merkel, como consecuencia del rechazo de los electores, precisamente, a su gestión de la crisis de los refugiados.

Año perdido. Reuters destacaba que el 'impasse' político que se vive en España, ante las dificultades para configurar un Gobierno estable derivado de las elecciones de diciembre, puede desembocar en un 'año perdido' a la hora de impulsar las reformas necesarias que consoliden la recuperación económica iniciada hace dos años. Entre ellas, un nuevo sistema de financiación autonómica, una reestructuración de la Seguridad Social y un nuevo cambio en la legislación laboral. Razones para estudiar aquí. The Local apuntaba algunos motivos por los cuales los estudiantes extranjeros deberían plantearse estudiar en las universidades españolas? pese a no ser un destino de referencia. Entre otros, señalaba: la riqueza histórica y cultural del país; el hecho de ser un lugar relativamente barato (en comparación con otros países europeos); el buen nivel de sus programas de estudios (acompañados de aulas manejables e instalaciones aceptables) y la incipiente mejora de su investigación.