Los populares insisten, erre que erre, en la austeridad, en los recortes, en la desigualdad social y económica de los españoles, aunque dicen que les preocupa más, descaradamente, la unidad de España y la soberanía de sus ciudadanos. Siguen con la misma música de siempre, y quieren meter de comparsas en la orquesta tripartita al PSOE y a C´s. Les ofrecen las mieles de unas vicepresidencias e incluso de algunos ministerios y demás prebendas. Engaños y presiones peperas, porque han visto las orejas al lobo; han perdido más de tres millones y medio de votantes y 67 diputados. España pide cambio y ellos tocan la misma música de antes. No se han enterado.

Veamos sus 'cambios'. Subida mínima de pensiones 0,25%, media ridícula d dos euros mes. Subida ridícula del salario mínimo, un 1%, media 6,6 euros al mes. O sea, una España dividida una vez más: ricos y pobres y muy pobres. Y esto no es cuestión de ideología derechona o izquierdosa sino de voluntad y de ajustar la economía y atajar la desigualdad social. Miremos a los ingleses, con su primer ministro Cameron nada izquierdoso y ha subido 9% el salario mínimo. No se ha enterado Rajoy y sus peperos que más salario significa más consumo, más bienestar, más impuestos para gastos públicos, más créditos, más crecimiento en España. Y lo propio de Rajoy es llevarnos al túnel oscuro de la austeridad, con un gran paro que no cede, con unos salarios muy precarios y con el peligro de no poder pagar las pensiones en un futuro no lejano.

Los datos económicos globales son positivos, sí, un 3,2 % de crecimiento anual; pero sólo para las grandes empresas muy asociadas al IBEX 35. Este crecimiento es más bajo, ridículo, para la España de a pie, para el pequeño comercio que no sale de la crisis aún. La España que quiere el PP, es solo de boquilla, virtual, de banderitas e himnos, de la unidad soberana teórica que no da de comer a todos. Es una España que se queda atrás...

Si el PSOE apoya el proyecto del PP, de alguna manera, en este tripartito o bipartito, vuelve a equivocarse. Y ya son muchos millones de electores perdidos. Lo del C´s es pura estrategia, ínfulas de poder no conseguido por votos, y ahora a 'chupar' a la cola de la agonía del bipartidismo, a ver qué saca.

Ahora, de repente, por encima de los temas sociales, laborales y económicos, la 'preindependencia' catalana y la investidura del sucesor de Mas es lo que importa. C´s y PP siguen con su lenguaje patriotero, inmovilista, con frases de la época predemocrática como tildar al tema de Cataluña como 'deriva secesionista' o 'desafío soberanista catalán'. Y no hacen nada más positivo; solo intimidaciones (PP y C´s, fundamentalmente). No dan lugar al diálogo o a un pacto de un nuevo modelo de integración de Cataluña en España, sea federalmente, sea por un cambio constitucional, o por referéndum consultivo libre.

Ellos van a la amenaza pura y dura: sanciones millonarias, abolición de la autonomía por decreto ley, art. 155; enviar para reprimir a las fuerzas del orden (Guardia Civil y Ejército). Machaconamente, el PP y el C´s bloquean cualquier solución de diálogo con Cataluña.

Sin embargo, el problema del PSOE no es la incitación de Podemos a que el tema catalán entre en los planes de un futuro Gobierno entre ambos. Más bien, como hemos leído en numerosas hemerotecas, el derecho a elegir era una exigencia importante, en el socialismo catalán al menos.

Podemos ha dejado muy claro que las prioridades de su formación siguen pasando, por un lado, por resolver la 'emergencia social', y por otro, la cuestión territorial 'por vías democráticas', es decir, a través de un referéndum en Catalunya. Pero Iglesias aboga en definitiva por un no al independentismo; defiende que los catalanes permanezcan en España. Ante el arrogante y coercitivo «no les pasaré ni una», de Rajoy, está el llamamiento de Pablo Iglesias al presidente: «Ni el unilateralismo ni el inmovilismo aportan soluciones. El diálogo es la actitud más eficaz». Qué va a ser sino el programa de Podemos: el derecho a la plurinacionalidad no es la idea del separatismo y radicalismo, tan explotada por el PP, la derecha, y los barones y baronesas y socialistas inmovilistas y con privilegios de casta.

Hace solo un par de años desde el PSC se reclamaba el derecho a decidir en un referéndum legal. El programa electoral proponía una pregunta pactada y clara. Y el primer Felipe González de 1982 defendía que la definitiva solución del problema de las nacionalidades que integran el Estado español parte indefectiblemente del pleno reconocimiento del derecho de autodeterminación. El problema del PSOE, de Pedro Sánchez, es que está metido en una crisis, la más honda de los últimos cuartenta años. Solo le dejan, de alguna manera, tocar en la orquesta del PP con Mariano Rajoy al mando de la batuta de Gobierno, cosa que casi ningún socialista de bien desea.

Y el PSOE de Pedro Sánchez no quiere o no puede girar esos 180º que en su día le exigió la ciudadanía y los votantes para creer en el socialismo actual. Las fuerzas del PSOE inmovilista no pueden evitar las puertas giratorias; no pueden evitar amistades peligrosas con bancos y empresas del Ibex 35, o el apoyo a las tres grandes eléctricas con sus suculentas ganancias y precios. Estos inmovilistas no pueden dejar de escuchar a sus viejos sociatas, hoy conversos al neoliberalismo económico; en definitiva, no pueden ser socialistas. Eso es lo malo, Pedro... que tus inmovilistas te empujan a tocar en la orquesta de los trotamúsicos, PP y C´s. Pero tu música original, socialista, está más en un Gobierno progresista al estilo de Portugal, por ejemplo.