Las cosas nunca son blancas o negras, hay tintes por medio que un día nos hacen que veamos las cosas en tecnicolor. La política actual está un poco así, en tecnicolor. Hay para todos los gustos y todos los colores, y aunque nos parezca que hay muchas combinaciones de colores posibles e incluso que algunos piensen que son del mismo color, para mí solo hay una posible y es la que marca el rojo.

El rojo nunca pasa de moda. El rojo es fortaleza y determinación. Fortaleza que da el seguir siendo la primera fuerza de izquierdas, el PSOE, sí, sí, el PSOE. Determinación la de no esperar un segundo tras las elecciones para decir bien alto y claro y hasta repetirnos como el ajo que NO, NO y NO vamos a facilitar un Gobierno de la derecha en nuestro país.

El momento político requiere responsabilidad tanto para ahora, cuando hay que formar un Gobierno, como para los próximos cuatro años de legislatura donde debemos y tendremos que hacer frente a un nuevo avance como país con una gran reforma constitucional que recoja las necesidades actuales de una democracia nada joven ya, usada y falta de mejoras. Claro que sí, también habrá que hacer frente a qué país queremos, que modelo de Estado, pero con todos, siempre contando con todos.

Quienes prometieron a la ciudadanía un cambio político en España deben actuar en consecuencia. No puede ser descabellada la idea de una coalición de fuerzas progresistas que trabajen con diálogo y consenso por traer ese cambio y arreglar los rotos de esta legislatura pasada por la derecha. Y en consecuencia tendrán que explicar a quienes confiaron en que trabajarían por el cambio, que no lo han hecho y que finalmente facilitarán un Gobierno, de nuevo, de un PP que sigue siendo de color azul añejo.

Abrimos una nueva etapa política en España y en el PSOE. Queremos que esté presidida por el cambio, por el progreso y por el diálogo. No vamos a apoyar la continuidad ni de Mariano Rajoy ni tampoco del PP al frente del Gobierno de España. Queremos dar mandato y cumplimiento al voto de los españoles y españolas el pasado 20 de diciembre, que dijeron tres cosas: la primera, que querían cambiar al Gobierno de España; la segunda, que querían que ese cambio fuese un cambio progresista, y la tercera, que querían que ese cambio estuviese presidido por el diálogo, que durante estos últimos cuatro años ha faltado por parte del partido del Gobierno, en este caso, el PP.

Con la pasión que también anima el color rojo seguimos defendiendo la igualdad, la libertad, la solidaridad y la justicia social. Con la pasión trabajamos por hacer realidad ese sentimiento de cambio, de progreso y de mejora que tantos y tantos progresistas manifestaron con su voto el 20 de diciembre.