Cada vez entiendo mejor que gran parte de clero, del episcopado, de los capitalistas, de los vendedores de armas, de los especuladores, de los inversores, de los que se proclaman católicos de siempre, de los que hacen de la fe una inversión para ganarse la vida eterna sin renunciar a la ambición, el lujo y el poder, de los políticos corruptos y cómplices con las élites financieras y sociales? quieren que Francisco desaparezca o se vaya. En contraposición, cada vez entiendo mejor que sea apreciado por los empobrecidos, por gente agnóstica y atea que comparte esa lucha por la libertad, la justicia y la dignidad, los obreros y las obreras, la gente sencilla, católicos que defienden la opción preferencial por los empobrecidos en conflicto con aquellos que generan la pobreza y la miseria, por las familias que no llegan a final de mes, por los refugiados del hambre y las guerras? en definitiva, por todos aquellos que queremos una humanidad distinta, esa humanidad que se defina como un tiempo donde la persona sea lo primero, pueda desarrollarse y realizarse en todas su facetas y pueda vivir saboreando la vida y con dignidad, sabiéndose protegida por las instituciones.

El papa Francisco es un antisistema porque no quiere un sistema social, un modelo social, que cree 'ríos de miseria', que ponga en peligro la tierra; no cree en el sistema capitalista, que es malo por sí mismo, porque se basa en el máximo beneficio, sin ética y con toda la crueldad necesaria para acumular riquezas; no cree que un sistema que tiene una antropología basada en el darwinismo social, donde sólo tienen cabida los más fuertes, los sin escrúpulos, los avariciosos, los que no tienen ningún tipo de corazón, donde la vida de los demás les sobra, los que entienden que la vida es un campo de batalla que vale todo con tal de ganar. Francisco es un antisistema porque no cree en una religión que legitime y justifique a los acaudalados y a sus estrategias de miedo, mentira y manipulación. Podría considerarse un indignado del 15M, un indignado lleno de esperanza y compromiso, que sabe que la lucha no tiene fin.

Recuerdo en el primer Encuentro Mundial de Movimientos Populares que convocó el Consejo Pontificio de Justicia y Paz y que se caracterizó porque la gran mayoría de los movimientos populares eran de corte humanista de todas las ideologías, incluidas marxistas. Los creyentes éramos una minoría. Fue un encuentro interesante para intercambiar experiencias de lucha, de compromisos, de fracasos, de logros, de miedos y de esperanza. En este encuentro, el papa decía que le llamaban comunista y que él defendía lo que dice el evangelio que no es otra cosa que a los pobres. Hay gente que piensa que ser cristiano y ser de derechas es compatible; yo personalmente veo más sintonía entre el cristianismo y la izquierda, que en nuestro país está representado por Podemos, IU, Equo, Anticapitalistas?

El mensaje de Francisco sintoniza más con los postulados sociales del reparto de la riqueza, de una economía al servicio del ser humano, de un Estado que defienda y proteja la dignidad y el bien común, el derecho a la educación, a la sanidad, a la alimentación, a la vivienda, al trabajo digno y a la tierra. Defiende una reforma agraria que ponga la tierra al servicio de los campesinos y no de los terratenientes. La tierra es para que la gente la trabaje.

Es un antisistema porque dice que hay que luchar contra las causas estructurales de la pobreza, la desigualdad, la falta de trabajo, la tierra y la vivienda, la negación de los derechos sociales y laborales, que hay luchar contra 'el imperio del dinero'.

Hay gente que me dice que no cree en Dios, en los curas, en los obispos, en las iglesias, pero reconoce que esta figura ha revitalizado la justicia y la solidaridad, señalando aquellos que están destruyendo a la humanidad, incluida la tierra. Creo que su gran valor es que lo que dice lo está intentando llevar a la práctica, en un ambiente, como el la curia romana, que vive del despilfarro, de la corrupción, del lujo, del dinero que viene de las mafias italianas. Su gran valor es la coherencia entre sus palabras, sus gestos y sus acciones. La credibilidad de una persona la da la coherencia. Juan Pablo II profundizó y amplió la Doctrina Social de la Iglesia, pero, en cambio, a quien era coherente con esa doctrina lo apartaba y le hacía la vida imposible. A los que incumplían la Doctrina Social de la Iglesia se les daba cargo de responsabilidad. Tremendo.

Para la derecha social, política, económica, religiosa, Francisco es un antisistema porque va en contra de ese sistema que potencia la cultura del descarte, la cultura de los sobrantes. Él apoya a todas las personas que luchan por otro mundo mejor, más humano, un mundo de paz y justicia permanentes. Lo dicho, en la Iglesia no se le quiere, incluso se ironiza con frases como «eres más peligroso que el Papa haciendo ruedas de prensa en el avión». Están deseando que pase para que la Iglesia vuelva a ser la Iglesia del poder y del dinero.

Hay que agradecer que haya muchos antisistema, como los que están en partidos como Podemos, Izquierda Unida, Equo, Anticapitalistas?; en los sindicatos, en los movimientos sociales, en los movimientos que defienden la ecología, a la mujer, a los empobrecidos, l erradicación de la violencia y la guerra. Hay alguien que puede preguntar si no hay gente buena fuera de aquí y claro que la hay, al igual que contradicciones en estos ámbitos y decepciones por la discrepancia entre lo que se defiende y lo que se hace.

Nada, Francisco, para Luis de Guindos (un prosistema), el inventor de las preferentes, que robó los ahorros de nuestros mayores para dárselo a los banqueros, eres un antisitema porque defiendes la libertad, la justicia y la dignidad, porque defiendes que «ninguna familia sin vivienda, ningún campesino sin tierra, ningún trabajador sin derechos, ninguna persona sin la dignidad que da el trabajo». Gracias, Francisco, gracias a todos aquellos, tengan la ideología y la creencia que tengan, por intentar que este mundo sea distinto, por intentar aliviar el sufrimiento humano.

Gracias a todos los creyentes, ateos, agnósticos, de movimientos políticos y sociales que contribuyen a crear un sistema social en este sentido seríamos prosistema basado en los Derechos Humanos.