Al final, cumplió la CUP. No ha investido a Mas. Ha sobrado, es verdad, teatralidad, suspense, melodramatismo, prolongación de la agonía, y hasta circo, si me apuran, pero ha cumplido. Es lo menos que podía hacer la formación anticapitalista después de haber anunciado por activa y por pasiva en la campaña electoral que no facilitaría su elección. De haber cedido, la investidura del hijo político de Pujol, símbolo del poder corrupto y de los recortes, hubiera constituido uno de los mayores fraudes electorales de la historia de nuestra democracia. Los Reyes no le han traído, pues, a Mas una presidencia por la que ha estado dispuesto a humillarse y prostituirse políticamente.Como tampoco se la han traído a Rajoy. Estos Magos de Oriente no están siendo este año muy desprendidos con los mismos a quienes hasta hace poco colmaban con dádivas y mayorías excesivas. Quizá porque han terminado por darse cuenta de lo dañinas que pueden llegar a ser, del daño que pueden llegar a causar.

Rajoy tendrá que esperar como ha esperado Mas. Y es más que probable que sufra el mismo desenlace. Si hoy viviera Plutarco no dudaría en incluir a Mas y Rajoy en su serie de biografías de parejas famosas. Sus vidas políticas, sus ´vidas paralelas´ marcadas una por el 27S y otra por 20D, corren parejas a un mismo fin. La desazón de Mas, sin embargo, no se manifiesta todavía en el impasible Rajoy. Pero todo se andará. De momento, le perjudica, y de qué manera, la no investidura del catalán. El nombramiento hubiera ido seguido de algo parecido a una proclamación unilateral de independencia que habría precipitado los acontecimientos y exigido y justificado un Gobierno de concentración PP-PSOE para atajar el desafío. Pero esta posibilidad ya se ha esfumado. Sólo la retirada forzada de Mas en beneficio de Junqueras o Romeva, con los mismos propósitos secesionistas, volvería a situarnos ante una situación de ´emergencia´ nacional y daría oxígeno a la gran coalición. No veo, a corto plazo, otra forma de que Rajoy pueda ser investido presidente.

En todo caso habrá que apurar los plazos de la negociación para la formación del nuevo Gobierno. Tanto o más que en Cataluña. Y eso es lo que menos le conviene al PSOE. Cuanto más se alarguen, más tiempo tendrán su barones para despellejarse. El acoso y derribo a Sánchez por parte de las tropas capitaneadas por Susana Díaz ya no tiene vuelta atrás. Sólo la capacidad de resistencia del primero marcará los tiempos. La presidenta andaluza da por inevitables nuevas elecciones y ya se prepara para ellas. Falta concretar cómo capitaneará al ´ejército´ de Andalucía que se dispone a conquistar de nuevo todas las Españas. Tendrá que ser, dicen algunos, con el permiso de Podemos. O no. La propuesta de referéndum de la formación de Pablo Iglesias es una línea roja llamada a dinamitar cualquier unión de la izquierda. Sólo cuando la formación emergente se libere de la hipoteca contraída con el nacionalismo catalán, estará en condiciones de negociar con posibilidades de éxito acuerdos de gobierno. Mientras pueda, Susana Díaz preferirá reeditar un pacto con Ciudadanos como el que tiene en Andalucía, siempre que salgan los números. En cualquier caso, no se vislumbra que Rajoy pueda ser investido en la legislatura que ahora se abre. Mas le ha marcado sin querer el camino. O se ´sacrifica´ y da paso a alguien que pueda suscitar un cierto consenso o estará abocado a convocar nuevas elecciones. Lo que se haga en Cataluña se hará en España. Uno y otro están llamados a vivir en sus respectivos ámbitos territoriales lo que el historiador griego llamó ´vidas paralelas´.