El otro día me comí unos espaguetis riquísimos y disfruté como una enana con la última de Star Wars, sin embargo tengo todo el día presente en mi cabeza mi suspenso en matemáticas. Según la revista Cell, unos investigadores descubrieron las causas biológicas de por qué recordamos antes los momentos malos que los buenos. Esto se debe a una hormona llamada 'noradrenalina', conocida popularmente como la hormona de 'lucha o huida', que se libera en las glándulas adrenales cuando estamos sometidos a una fuerte tensión emocional. Dicen los expertos que esta hormona actúa sobre un receptor aumentando la sensibilidad química de las neuronas y la fortaleza de sus conexiones, por lo que este es el motivo de la tendencia ´pesimista´ de la memoria. Pues yo propongo para 2016 darle la vuelta a la tortilla y obligarnos a tener presente cada día todo lo bonico que nos sucede, que es mucho. ¿Cómo hacerlo? Podemos guardar en una botella todos los momentos vividos: un abrazo, lo bien que nos sienta esa camiseta, esa cerveza bien fresquita... Al final del año tendremos una larga lista de cosas maravillosas que, sin darnos cuenta, pasamos de largo. Yo ya he empezado.