En estas fechas, siempre se es propicio a recordar a las personas que ya no están con nosotros, su ausencia se hace de notar, nos faltan algún padre o madre, algún amigo o amiga, en definitiva, gente que seguimos queriendo a pesar de su ausencia, porque el tiempo no debe ser sinónimo de olvido, sino de recuerdo pausado, tranquilo y enternecedor. En estos recuerdos, a veces, surge el sentimiento de que deberíamos de haber tenido algún detalle más con esas personas que ya no están con nosotros, surge el sentimiento de culpabilidad. Tal vez, una de las lecciones de esta situación sea que tenemos que aprender a no dejar para mañana el cariño y las muestras de amor y amistad con las personas que queremos y que nos quieren.