Hace unos días, un eminente científico daba un consejo que pienso cumplir a rajatabla: "No comas nada que tus bisabuelos no lo consideraran comestible". En ese momento, me acordé de las ensaladas que últimamente consumimos, llenas de extraños e insípidos hierbajos que, cuando yo era niño, se los echábamos a los conejos€. ¡Con las lechugas tan hermosas que se cultivan en esta tierra y tener comer alimentos propios de animales de granja! La primera vez que en mi casa descubrí maíz en la ensalada, pregunté si es que ese día esperábamos a un pollo como invitado para comer€ Sin duda, mi bisabuelo hubiese volcado la mesa si alguien hubiese osado servirle un plato de maíz, como si fuese un puto pollo€