Cae en mis manos algo escrito en 1920 por Ayn Rand, seudónimo de Alisa Zinóvievna Rosenbaum, filósofa y escritora estadounidense de origen judío ruso, mundialmente conocida por ser la autora de El manantial y La rebelión de Atlas, dos superventas de la literatura universal. Ayn murió en 1982, pero dejó escrito para la posteridad un texto por el que no ha pasado el tiempo. Un texto que alguien podría escribir hoy sin que nos sorprendiera, antes al contrario, podríamos compartirlo todos porque está de vigente actualidad. Ayn decía: «Cuando te das cuenta que, para producir, necesitan obtener autorización de quien no produce nada. Cuando compruebas que el dinero es para quien negocia, no con bienes sino con favores. Cuando te das cuenta que muchos son ricos por sobornos e influencia, más que por el trabajo, y que las leyes no nos protegen de ellos, más por el contrario, son ellos lo que están protegidos. Cuando te das cuenta que la corrupción es recompensada y la honestidad se convierte en auto-sacrificio. Entonces podría afirmar, sin temor a equivocarme, que tu sociedad está condenada».

Sí, fue escrito en 1920 y ahora, en 2015, junto a esto podemos leer cosas como que los suegros del exsecretario general del PP de Madrid y uno de los presuntos cabecillas de la trama de corrupción 'Púnica', Francisco Granados, no han podido justificar la procedencia de cerca de un millón de euros encontrados por la Guardia Civil en un altillo del dormitorio de su casa. Y no han podido justificarlo porque al parecer, lo que han alegado en sus declaraciones ante el juez -eso de que a su domicilio accedían «fontaneros y gente de Ikea»- no ha colado ante su señoría. Porque sí, hay personas muy crédulas, incluso jueces muy crédulos, pero en todo hay un límite. Y es que, ciertamente es pelín difícil llegar a la conclusión de que en este país hay «fontaneros y gente de Ikea», que van por esos mundos de Dios con casi un millón de euros. Ya saben, una propina aquí, otra allí?y con tantas cosas en la cabeza se van dejando los ahorrillos en cualquier casa en la que prestan sus servicios. El resultado es que el señor Granados deberá permanecer en la cárcel porque la historia de sus suegros no cuela. Aunque es posible que encuentren antes a la «gente de Ikea» o al fontanero de marras.

Y si esto es esperpéntico, no lo es menos lo vivido por el PP con su electo diputado, Pedro Gómez de la Serna. Un señor que en sus ratos libres había creado, junto con el exembajador Gustavo de Arístegui, un pequeño negocio en el que se facturaba a cerca de una veintena de empresas a las que trataban de conseguir obras en el extranjero, pactando comisiones de entre un 1% y un 5% por adjudicación lograda. Pues bien, este señor, De la Serna, ha hecho caso omiso a los requerimientos de su partido para que dimita como diputado„ha recogido su acta a través de un procurador-, y no fue hasta ayer que el PP tomó la decisión que debiera hacia este presunto corrupto de expulsarlo de sus filas, tal y como aconseja la decencia política. Supongo que antes de llegar a esta decisión, en el partido valoraron otras cosas. Como quiera que el PP no está sobrado de diputados, son 123 los logrados,y la expulsión de De la Serna le llevará al Grupo Mixto y el PP perderá uno de sus escaños. Pero bueno, para leer cosas de asuntillos tan poco agradables no tenemos que alejarnos mucho, porque aquí podemos desayunarnos con que el exalcalde de Torre Pacheco Daniel García Madrid y dos exconcejales de su equipo de gobierno, del PP, condenados por corrupción, se gastaron 85.000 euros de dinero público en su defensa, mientras que la juez del 'caso Auditorio', de Puerto Lumbreras, extiende la investigación, por presunta corrupción, a las obras en las pasarelas sobre la rambla de Nogalte. Y nosotros leyendo textos de 1920?