En las fiestas de Navidad hay un elemento que se repite permanentemente y no es otro que el de regalar y más con la introducción de Papa Noel. Regalamos sin más, sin obviar que para mucha gente que ya no tiene recursos económicos esta situación se traduce en sentimiento de dolor. Regalamos cosas y más cosas de tal manera que ya casi nadie lo valora más allá de la primera semana o, incluso, no sabemos qué regalar ya. Tal vez tengamos que replantearnos lo de regalar otras cosas, como puedan ser la amistad, el perdón, la solidaridad, el abrazo, la sonrisa, el tener algún detalle con alguien. Regalamos en función del tener y no del ser. Yo prefiero que me regalen un abrazo y una sonrisa, porque entre otras cosas duran más.