Escribo esta carta a los diputados y diputadas por Murcia antes de las elecciones, con lo cual sólo intuyo los resultados, a tenor de las distintas encuestas publicadas. En cualquier caso, mi petición no se centra en los colores ganadores, sino en la responsabilidad a la que se enfrentan a partir de la constitución del nuevo Congreso y Senado las personas que salgan elegidas. Con ganar el sillón no está todo hecho, más bien al contrario. Ahora empieza el juego de verdad. El juego de defender con uñas y dientes los intereses de una Región, la de Murcia, que no pinta ni con colores de a un euro la caja, y a las pruebas de los Presupuestos Generales del Estado de los últimos años me remito. No hay forma de que se lleven a cabo las inversiones previstas. Les pido que, si es necesario, se enfrenten a sus respectivos partidos y logren lo que es justo y esta Región se merece. Ni más ni menos. Pasear con la cabeza bien alta entre tus paisanos, con la certeza de haber sabido responder a la confianza que han depositado en ellos, debería merecer más la pena que seguir apoltronado en el sillón. ¿Sabrán hacerlo?