Pues ya ha llegado el día, hoy tienen ustedes que ir a votar. Recuerden lo que les dije de las papeletas al Senado, las de color sepia, en ellas tienen que poner tres cruces, pero no es obligado que sean al mismo partido o a todos los que están juntos en el mismo. Puede poner unas cruces a un partido, saltarse a un candidato o candidata y poner la cruz en otro lado. Usted elige y manda. No renuncie a su libertad de votar al que quiera y rechace esas papeletas que le dan los partidos con las tres cruces ya puestas. Piense que es el único resquicio de libertad democrática que le dejan en las elecciones; todo lo demás es un amasijo de ellos y para ellos.

Luego, el voto all Congreso, las papeletas blancas. Aquí solo decide al partido que quiere votar, porque los candidatos son los que son y nada se puede hacer, excepto votarles o no votarles. Sí, ya sé que eso es lo mas lejano a la democracia, pero es lo que tenemos mientras algunos no cambien el sistema, pero ¿como lo van a cambiar si es a ellos a quienes beneficia? El poder está en manos de unos pocos y no lo van a soltar para que los de la plebe lo cojamos. Ni lo piensen.

Así que a votar.

¿Que cómo quedarán? Pues no es el momento de aventurar nada porque hoy no se puede, pero no se preocupe, al final, con más o con menos votos, todos dirán que han ganado y ninguno dimitirá aunque el resultado sea catastrófico. Siempre encontrarán una excusa para justificar lo malo, le darán la vuelta y lo enfocarán como bueno. Ya verán, ya, como al final los que pierdan dirán aquello de «...pero haremos una oposición seria y de control al Gobierno para beneficio de los votantes». Y una leche, como diría mi padre, ¿para beneficio nuestro? ¡Para el de ellos! que en este país el que pone el trasero en un sillón oficial no lo quita aunque le vaya la vida.

Me pregunta mi amiga Mariasunción, mujer que siempre ha tenido claro lo que va a votar, sobre el voto de este servidor de ustedes, porque se siente desorientada, no le gusta nadie. ¡Ay! qué más quisiera yo saberlo... Ninguno tiene su nacimiento en un sistema democrático de listas abiertas en las que los votantes podamos dar el voto a la persona con independencia del partido y el puesto que ocupa en la lista. Así que, mi querida amiga, si no sabes a quién votar... echa una moneda al aire; salga lo que salga nunca será bueno, pero puede ser el futuro.

Otro que tal es el señor Sarabia, un hombre jovial de 91 años, que no sabe si va a ir o no a votar. ¡Pues claro que sí, don José! Apueste por un partido político y ejerza su derecho al voto... ¿No ve que no tiene ningún otro, aparte de la ridícula pensión de quinientos euros?

Y, por último, para no alargarme, que tengo muchos mas, mi amigo Andrés Torres, que me agradece que haya explicado lo de las cruces al Senado porque le habrá abierto los ojos a muchos murcianos y a otros tantos cartageneros... Gracias a ti, Andrés, y a tu suegro, un ferviente seguidor de las vagancias que escribo. Así que, como hoy no puedo rajar demasiado, que es el día de las votaciones, quedamos para después. Que sí, que ya verán esta noche como todos ellos ganan y todos nosotros perdemos; lo habitual en estos casos.