Esto se ha acabado. Durante más de veinte años, tras su caída en la elecciones y el paso del Partido Popular a ocupar el gobierno regional, muchos seres humanos de los que vivimos aquí hemos estado hablando del Partido Socialista de la Región de Murcia como el viejo y tradicional representante de una parte importante de nuestra sociedad, que, por unas razones u otras, pasaba por una crisis de la que alguna vez saldría. A lo largo de este tiempo, hemos asistido atentos a los movimientos que se producían en el interior del PSOE esperando su vuelta al primer plano, trayendo consigo los valores que representaba: una sociedad más justa, más pendiente de la gente sencilla que de los de alto copete, cercana a los trabajadores, luchadora por los derechos sociales, etc., etc. Pero nada de esto ha ocurrido. Embebidos en sus problemas internos, buscándose las salidas personales, y sin capacidad alguna de comprender qué les piden los ciudadanos han ido perdiendo votos en caída libre para llegar a estas elecciones generales donde, si comparas sus resultados con los de sus compañeros a escala nacional, te das cuenta de que aquí, en votos, han sacado la mitad que el PP, y en escaños han quedado 5-2, cifras catastróficas en comparación con las obtenidas en el global de España. Esto demuestra que del PSOE regional hay que pasar, hay que olvidarse de aquellos tiempos en los que los murcianos los votaban en masa, porque eso no volverá. Sus dirigentes no han sabido, o no han querido hacerlo. Adiós muy buenas.

En cuanto al Partido Popular creo que, viendo los resultados obtenidos en estas elecciones, también debemos tomar determinaciones futuras. Sí que han perdido tres escaños, pero, oiga, les digo lo mismo: miren y comparen los resultados nacionales con los de aquí. El 50% de los escaños son suyos, es decir, los ciudadanos los han votado a conciencia, subiendo los porcentajes de votos por encima de los que obtuvieron en la regionales y municipales, y sus resultados en la Región son infinitamente mejores que los obtenidos a nivel nacional. Esto ha sucedido a pesar de los temas de corrupción, de los que no sacaban dinero de los cajeros en años, de los procesos judiciales en marcha, de los casi 8.000 millones de euros de deuda que han creado los sucesivos gobiernos, de no haber solucionado el problema del agua, etc., etc., por no hablar de lo que ha hecho este partido a escala nacional con sus recortes en sanidad y educación, en igualdad, la reforma laboral, el paro, etc. Si después de todo esto, el PP consigue todos esos votos en Murcia, hemos de decir que aquí paz y después gloria, o que cada chulo se administre sus prostitutas, es decir, que allá cada cuál y que vamos a dejar de marear la perdiz. Si se les vota es porque tienen la confianza de la gente. Y ya está.

En cuanto a Ciudadanos, si se vistieran de lagarterana y me dijeran que están contentos con los resultados, seguiría sin creérmelo. Cuarenta diputados en España no son nada para lo que se esperaban. Aquí han cumplido con sus dos, pero esperaban tres, al menos. En cualquier caso, demuestran que en esta Región están afianzados y que se puede tener alguna confianza en el futuro dependiendo de cómo funcionen en el Congreso, y de que no digan alguna gilipollez nueva como la de la igualdad hombre-mujer ante la violencia de género.

Podemos ha conseguido uno, pero los buenos resultados nacionales mitigan un poco esa soledad del único diputado murciano. Además, como dijo su candidato en la campaña, ellos son una piña, un frente cerrado que hará siempre lo que mande el líder.

Habrá que estar muy atento, si es que al final hay Gobierno en la Moncloa con estas elecciones, a cómo responde este diputado a las necesidades de la Región de Murcia, a cómo las pelea en el Congreso cuando choquen con los intereses de Aragón, o de Castilla-La Mancha. Bueno, en estas circunstancias veremos cómo actúan todos los que han conseguido un escaño por Murcia. Y ahí juzgaremos.