No voto el 20-D. Podría ser un lema propio de un antisistema o un hashtag varado en cualquier red social. El caso es que esta guerra electoralista es agotadora. Todo guarda un regusto añejo a rojos y azules pese a los nuevos colores naranjas y morados que entran en el hemiciclo. Les hemos visto tirarse los trastos a la cabeza en directo y sólo serán capaces de ponerse de acuerdo para subirse a la poltrona. No votar es hacerles ver que no todos los españoles están dispuestos a ser cómplices de este juego de bandos, lobbies y peleas históricas. Ellos utilizan el poder de decisión del pueblo para abanderar una cruzada política cargada de pactos sin escrúpulos. Dichosos los que gobiernen con un manojo de votos y cumplan su programa electoral. Reflexionen bien su decisión y voten de manera libre en las urnas. Quédense en casa el domingo si quieren, estamos en un país libre. Pero no dejen que nadie les robe mañana la ilusión de cambiar España, ya tendrán cuatro años para ver la realidad.