No se confundan a la hora de votar; la papeleta al Senado es la de color sepia.

Imagino que ya habrán recibido ustedes los habituales sobres que envían la mayoría de partidos, especialmente los que tienen más cuartos para gastar, en los que ya va la papeleta. Pero ¡ojo! que puede tener trampa.

Verán, la papeleta que le envían ya lleva tres cruces en los correspondientes casilleros de los partidos y si ustedes quieren utilizar la papeleta para votar a otro partido político no pueden usarla, ya que o bien estarían votando al que se la envía o sería nula si lleva más de tres cruces. Así que tienen que hacerse o coger el día de las votaciones en su colegio electoral con una papeleta virgen sin las crucecitas.

Una vez tengan la papeleta verán que en cada partido político hay tres nombres, uno con cuatro y otro con uno solo. Delante de cada nombre hay un cuadradito, ¡ahí tienen que poner la cruz! con total libertad sin que nadie decida por ustedes, que menudos cucos están hechos algunos.

A diferencia del Congreso, del que mañana hablaremos, aquí sí que pueden ustedes elegir a qué candidatos votar. Por ejemplo, podrían votar a uno del PP, otro del PSOE y otro de Ciudadanos o de Podemos, si es que los conocen, les gustan sus trayectoria políticas o simplemente porque el nombre les llama la atención.

También tienen ustedes la oportunidad de castigar a algún político que se la tenga hecha desde hace tiempo o le caiga mal o simplemente no le guste porque sí. Por ejemplo, imagínense que quieren votar al PP, pero de los tres candidatos no quieren votar a uno, por ejemplo a la exalcaldesa de Cartagena, Pilar Barreiro. ¿Qué hacer? Pues muy sencillo, ustedes ponen una cruz en las casillas de sus compañeros Pedro José Pérez y Fulgencio Gil, dejando en blanco la casilla de Pilar Barreiro. La cruz que les queda por poner se la pueden colocar al que más les guste del resto de partidos y candidatos.

De este modo, votarían al PP pero no a quien no quieren votar. Y así con cualquier otro partido, como el PSOE. Por ejemplo, pueden votar a Juan Luis Soto y a Mireia Pilar Ruiz y no hacerlo a José Miguel Muñoz, o al revés, o con otros€ Todas las combinaciones valen, pero siempre que sea no poniendo más de tres cruces en toda la papeleta y dejando sin ella al candidato de sus amores, al que no quieren votar.

Con esto conseguirán que si el partido en cuestión saca dos escaños, se quedará fuera del pesebre de la política aquel o aquella candidat@ que dentro de su partido haya sacado menos votos que sus otros dos compañeros.

Así que si alguno o alguna no es de su agrado, se la tiene hecha o simplemente le llena el pecho un ¡qué ganas te tenía! ¡pues toma! ¡te quedas fuera!, ¡hala! a trabajar como tó dios€ Pues oye, ella o él se queda sin cruz y uno se queda en la gloria.

Enfín, que nada, a satisfacer los sentidos dejando sin la cruz a quien no la merece€ ¿Qué? Claro que sí, sin la cruz, sin el empleo, sin la poltrona, sin los privilegios, sin, ná de ná. Así que no deje que los partidos decidan por ustedes€ al menos al Senado.