Por estas fechas mi cuñado nos invita a comer por su cumple y sigue sin fallar al programa. Los que más pendientes están son sus sobrinos porque, además de sensatez presentan un variado currículum entre autónomos y mileurismo, por lo que la perspectiva del arroz con bogavante con el que el tío se despacha lleva a que se les haya empezado a derramar ya un par de lagrimitas. Puesto que nos ha citado para el domingo y acudiremos desde las urnas, el de esta otra convocatoria estará muy presente. Mariano siempre lo está, esa es la verdad. Él y el resto, con lo que el primero en acudir a la mesa será Bertín. Me lo decía Bernardo: «Es que ha llegado un momento en que cuando entra cualquiera de ellos por la radio, cambio. Mira, ahora mismo he puesto Rock Efeme». Él es un clásico, un tipo con creencias firmes, el pobre, y, claro, todo esto de que los aspirantes a coger las riendas pasen las tardes con María Teresa Campos y similares le produce cierta desazón. Es más, barajábamos la posibilidad de que, en la próxima legislatura y por lo centrado que se le ve, pase a formar parte del Consejo de Estado Kiko Rivera. Verán cuando les diga que está tomando fuerza la posibilidad de que haya que ir a elecciones en primavera ante la imposibilidad de formar gobierno.

Tengo que pensar si soltarlo a los postres para que no me dejen sin menú. Igual hasta coincidirían con las catalanas. Menuda digestión voy a provocar. La verdad es que, de surgir ese panorama, sería justo que Rajoy encabece por Barna las generales, ya que dice que lo ocurrido por allí se lo vio venir, dando así un empujoncito hacia arriba a García Albiol, en concreto hasta las listas de Marine Le Pen. Al contrario que Aznar dado como está el patio, el todavía jefe de Soraya se ahorraría tener que aprender el idioma en la intimidad. Además lo tiene a huevo: el Sport no viene en catalán.