Setenta años después de finalizada la Segunda Guerra Mundial, que afloró los mayores horrores que ha podido cometer el hombre en la Historia por el exterminio de judíos que realizaron los nazis, vuelven a escena las mayores crueldades con el nuevo exterminio que está protagonizando el Estado Islámico allá donde está asentado. Y, como efecto de acción-reacción que se suele producir en el género humano, los que proclaman la persecución de aquellos que, por razón de religión o de ideas discordantes, no siguen sus proclamas. El millonario candidato republicano a la presidente de Estados Unidos Donald Trump ha propuesto no dejar entrar en el país a los musulmanes, como si todos fueran a hacer la ´yihad´ (guerra santa). Ultraortodoxos judíos, entre ellos dos ministros, están acosando como "traidores a la patria" a varias ONG porque se oponen a la ocupación de territorios palestinos y en algunos países árabes se difunden consignas para dar muerte a los judíos. Toda una escalada extremista de antagónicos que es necesario frenar.