Sin ningún tipo de rubor respondía el honorable (en sentido irónico) Jordi Pujol cuando era presidente de la Generalitat a la pregunta sobre si daba crédito a las encuestas: «Sólo a las encuestas que yo manipulo». Es llamativo que cuando algún partido contrata una empresa para realizar encuestas siempre salga favorecido. ¿Por qué un partido tiene tanto interés en que las encuestas le den como vencedor o señalen que sube en estimación de votos? Porque piensa que los ciudadanos no tienen principios ni ética, que no votan por el programa o por confianza en las personas que aparecen en las listas y que se supone que van a cumplir con su programa electoral, sino que la gente vota a caballo ganador, sin más. Esto ¿es verdad?