Hasta ahora las generales en esta Región había sido cosa de dos; en la década de los 80 y primeros de los 90 fue un granero socialista, después pasó a ser un feudo casi insultante del PP.

Hace cuatro años en Murcia los populares obtuvieron ocho de los diez diputados a elegir. Ahora al desplome del techo popular se ha sumado el estancamiento en el sótano de los socialistas con la presencia de dos fuerzas políticas emergentes que han roto los esquemas tradicionales del bipartidismo:

En este nuevo panorama pluripartidista y con la misma participación de las pasadas autonómicas, extrapolando los resultados con circunscripción única dejaría este cuadro: cinco para el PP, tres para el PSOE, uno para Podemos y otro para Ciudadanos. El décimo escaño sería el quinto de los populares con 47.000 votos y el noveno, el tercero del PSOE con 50.400.

Con esta cotización de votos por diputado, Ciudadanos, la entonces cuarta fuerza política con casi 80.000 votos, necesitaría sumar algo más de 20.000. Desde entonces ha ganado consistencia marcando agenda en la Asamblea Regional y fortaleciendo su organización en las agrupaciones locales, sumado a la ola nacional de la opción reformista de Rivera. El segundo diputado parece seguro, pero para conseguir el tercero necesitaría duplicar los votos.

Podemos, con 83.000 votos entonces, en estas generales comparece con su marca original, en la que renunció en los Ayuntamientos. La anunciada caída de IU, que obtuvo más de 30.000 sufragios en las autonómicas, y el repunte de los últimos sondeos puede reforzar considerablemente su número de votos sin aparentes problemas para superar la barrera de los 100.000, que le darían al partido de Iglesias el segundo escaño.

Los socialistas, perdiendo votos respecto a las generales de hace cuatro años, ganaron presencia institucional en las autonómicas y municipales, pero tendrían que crecer en más de 10.000 votos para lograr el tercero, o hundirse en un batacazo, con una caída de más de 30.000 apoyos, para perder el segundo. Y con los populares sucede algo parecido: o un crecimiento numérico notable en esos últimos meses para obtener el quinto o una debacle estrepitosa para que no saliera el veterano Andrés Ayala.

Con estas cuentas aparentes las movilidades tácticas sobre el partido del domingo no son muchas, según comenta el vecino que entrena el equipo de veteranos del barrio. Al buen hombre le gusta el fútbol abierto, un 4-2-2-2 0 un 4-3-2-1, porque dice que lo de cinco defensas es demasiado conservador.