i buscamos 'arte en Cartagena' en Google, nos sorprenderá que la mayoría de las referencias son de nuestra hermana ciudad de Colombia y, sobre todo, por su bienal internacional de arte. De las muchas propuestas de la comisión de artes plásticas en las recientes Jornadas municipales de 'Cultura y Municipio' celebradas en el auditorio El Batel, algunas de ellas tienen que ver con la promoción de nuestra ciudad a través de su cultura y sus artistas. Se habló de la necesidad de una gran Feria de Arte en la Comarca de Cartagena, pero también de empezar por la base, por la educación, llevando el arte a la calle y a la escuela, abriendo los talleres al público, utilizando nuevos espacios como centros artísticos y, además, creando una Escuela de Artes. Incomprensiblemente no disponemos de un centro así en este enclave luminoso del Mediterráneo, cuna de tantos y tan buenos pintores, escultores o fotógrafos.

Me gusta recordar que mis inicios en la pintura tienen que ver con una bicicleta. Mi padre me la regaló por haber sacado buenas notas en el colegio y ello me permitió empezar a salir con mis lápices y mis colores a plasmar los molinos de viento, las palmeras, los aljibes y los caserones del Campo de Cartagena. A los dieciséis años, con la moto, la cosa fue a más y ya pude ir a pintar más lejos, llegar al mar y a las minas y volver a San Ginés de la Jara. Pero lo que me marcó, sin duda, fue encontrarme de profesor de dibujo en el instituto Isaac Peral a Enrique Gabriel Navarro, inolvidable maestro para mí que, enseguida, me invitó a su estudio compartido con el gran Ramón Alonso Luzzy. Dos grandes artistas, discípulos de Vicente Ros, maestro de maestros, que, a su vez, fue discípulo de Manuel Wssel de Guimbarda.

Lamentablemente a mi maestro Enrique le falló el corazón en 1980 y como dijo Santiago Amón, «vino a morirse cuando se hallaba, como tantas veces ocurre, con la llave del enigma». Con 53 años le quedaba lo mejor que dar pero su legado permanece. Enrique Gabriel Navarro fue nombrado Hijo Predilecto de Cartagena y recibió la Medalla de Plata al Mérito Artístico de la Ciudad. Hoy día, su hijo Enrique Navarro Carretero continúa sus pasos artísticos y mantiene el histórico estudio en la parte de atrás de la Iglesia del Carmen, un antiguo edificio del s. XVIII cuyas vigas se hicieron con maderas de antiguas galeras.

Desde aquellas generaciones de artistas plásticos hasta ahora, estas tierras han sido prolíficas en multitud de ejemplos a los que rindo todo mi reconocimiento y que me faltaría sitio para poder citar algunos como los pintores Nicomedes Gómez, Enrique Nieto, Asensio Sáez, Ángel Mateo Charris, Gonzalo Sicre, Paco Ñíguez, Francisco Solana, Esteban Bernal, o los escultores Juan José Quirós, Mayte Defruc y el Grupo MásFormas y muchísimos otros.

Recientemente, convocados por el acuarelista y grabador Antonio Vidal Máiquez y Juanita Nieto Carrascosa, un grupo de artistas de la Región han creado una Asociación con sede en Pozo Estrecho que se llama ARTNOSTRUM. Se trata de un colectivo de artistas plásticos mediterráneos para exportar arte de aquí allende nuestra Comarca y nuestra Región. La iniciativa ilusiona a sus quince componentes: los escultores Fernando Sáenz de Elorrieta, Alfredo Guillamón y Belén Orta; el pintor, escultor y fotógrafo Luis Marino; el pintor y fotógrafo Antonio Gómez Ribelles; Kraser, pintor y artista urbano; los pintores Pedro Diego Pérez Casanova, Piedad Martínez Torres, Marcos Amorós Batalla, Cristóbal Pérez García, Álvaro Peña, Rosana Sitcha, Salvador Torres y Javier Lorente, quien esto escribe.

La obra de cada uno de estos creadores es muy variada, pero tiene un denominador común que es su origen mediterráneo y, sin embargo, una vocación que trasciende lo localista y ya está presente, en muchos de ellos, en otros países.

El colectivo ha elegido como logotipo la silueta de un barco fenicio (de la escultura de Luis Marino en Mazarrón), como símbolo del objetivo viajero, de intercambio cultural y también mercantil, de estos artistas. La puesta de largo de ARTNOSTRUM será el próximo mes de Abril, en el Museo Regional de Arte Moderno (MURAM) en Cartagena, con la muestra 'La Luz, El Eco', un poemario plástico que es una amalgama de pinceladas, materia, sueños y memoria. La exposición viajará a Madrid y a otras tierras. ¡Feliz singladura!